Manuel Tapia, de 70 años, y Raúl Espejo, de 64, corrieron desde Cuenca hasta Azogues impulsados por la devoción de participar en la Procesión de la Virgen de la Nube, que se cumplió este 1 de enero de 2025.
Tapia indicó que hacen este recorrido desde hace unos 25 años motivados por la fe que le tienen a esta imagen religiosa. Antes salían de la Chola Cuencana, pero ahora parten desde el redondel junto a la clínica España.
Este devoto contó que salieron alrededor de las 06:00 y que este año participaron unos 80, un número menor que en ediciones anteriores, debido a que el día amaneció con lluvia y frío.
“Vengo como devoción a la virgen y de paso también porque es bueno para la salud hacer deporte…”, afirmó Tapia, quien vive en el sector de las calles Pío Bravo y Tomás Ordóñez.
Raúl Espejo, por su parte, expresó que su principal motivación radica en la confianza que deposita en la Virgen de la Nube, a quien atribuye su apoyo en la superación de diversos desafíos personales.
Migrantes participaron en la Procesión de la Virgen de la Nube
Al igual que a Tapia y Espejo, la fe también le impulsó a Marlene Ormaza, de 52 años, a viajar desde los Estados Unidos (EE.UU.) hasta Ecuador para participar en esta peregrinación. Es oriunda de El Tambo.
Ella vive desde hace unos 23 años en Connecticut, en New York, junto a su esposo y sus dos hijas. Le agradece a la virgen porque cree que ella le ayudó a llegar al país del norte en 2002.
“Me ayudó a pasar el desierto, a que podamos sobrevivir horas de horas en un camión congelador, nos ayudó a conseguir un trabajo y por eso muchos migrantes le tenemos tanta, pero tanta fe…”, manifestó.
Y es que la Virgen de la Nube es conocida también como la Madre del Ecuatoriano Ausente, lo que refleja un profundo vínculo con los compatriotas que están especialmente en EE.UU..
La devoción por esta imagen religiosa no solo atrae a locales y migrantes, sino también a fieles de otros países. Este es el caso de Analí Huamán, odontóloga de 33 años, originaria de Perú.
A los 19 años ella vivió en Ambato, donde conoció a quien ahora es su esposo, Rodrigo, un médico y devoto de la Virgen de la Nube. Aunque él no pudo viajar, ella trajo un pliego de agradecimientos en su nombre.
“Todos los años viajamos unos días antes del fin de año para estar aquí en la procesión… Nos revitalizamos con la fe, nos ayuda a sobreponernos de los momentos duros y es nuestro pilar…”, dijo.
El recorrido de la Procesión de la Virgen de la Nube
Esta vez la procesión inició pocos minutos después de las 12:00 y luego de una misa campal que, como de costumbre, fue en la Unidad Educativa Particular San Diego de Alcalá.
La ceremonia religiosa inició cerca de las 10:30 con un agradecimiento a priostes y familias que colaboran para la organización de este encuentro religioso.
La imagen partió desde el Santuario Franciscano y recorrió la avenida De La Virgen, que estuvo repleta de fieles, algunos de los que llevaban fotografías, imágenes y ofrendas.
La virgen recorrió las principales calles de Azogues sobre un anda que era cargado por un grupo especial de fieles que son parte de la organización. Por el cansancio se alternaban durante el trayecto.
Seguridad en la Procesión de la Virgen de la Nube
Asimismo fue custodiada por miembros de equipos élites de la Policía Nacional como el Grupo de Operaciones Especiales (GOE) y Grupo de Intervención y Rescate (GIR).
También estuvo acompañada de los coros, que son organizaciones que participan también en la novena de esta virgen y asimismo apoyan en la organización y logística.
Igualmente estuvieron algunos grupos de catequistas, Caballeros y Damas de la Virgen, Orden Franciscana Seglar, asociaciones de jóvenes y cientos de voluntarios.
Tras casi dos horas de recorrido, primero bajo la lluvia y luego bajo un sol intenso, la procesión culminó en el Santuario Franciscano, donde se reservó un momento especial para la bendición de los fieles.
Se reactiva el comercio en Azogues por la Procesión de la Virgen de la Nube
La Procesión de la Virgen de la Nube, que se cumple cada 1 de enero, también es una oportunidad para la reactivación del comercio en el centro de Azogues.
Esto sobre todo en los alrededores del Santuario Franciscano, donde se instalaron puestos de ventas de velas, manillas, estampas, cuadros, sombrillas y algunas artesanías religiosas.
También hubo carpas con platos de comida tradicionales como los cuyes asados, el chancho hornado y el caldo de gallina. Asimismo había algunas golosinas, refrescos y helados de paila.
En el Santuario Franciscano se habilitó un espacio donde los fieles pudieron ingresar para colocar velas, cartas, fotografías y también para recoger agua que fue bendecida.
Para esta procesión la Policía Nacional y la Dirección de Movilidad, del Municipio de Azogues, armaron un plan de contingencia con el fin de garantizar que las calles cercanas al santuario sean exclusivas para peatones.
También participaron en este operativo de seguridad miembros de la Cruz Roja Ecuatoriana (CRE), Bomberos de Azogues y algunas paramédicos voluntarios de instituciones de educación.
Igualmente junto a la iglesia estuvo un stand de la campaña solidaria para la construcción del Monasterio Santa Clara, en Azogues. La congregación religiosa Hermanas Clarisas son parte de este proyecto.
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