El constitucionalista José Chalco analiza la coyuntura del país, en la que la Corte Constitucional ha tomado protagonismo.
El país vive un caos institucional, en el que tanto las autoridades, como las instituciones incumplen la Constitución y la ley, a su conveniencia; sobre la salida a este cúmulo de conflictos dialogamos con el constitucionalista José Chalco.
¿Cómo califica la situación institucional del país?
Es un cúmulo de conflictos, pienso que el caos y el pesimismo que hay en la sociedad es una herramienta política, que nos muestra que nada se puede hacer bien, todo está dañado, todo es corrupción, para que precisamente no se miren, ni se vislumbren salidas.
¿Quién está detrás de este caos?
Con los casos Plaga, Metástasis y Purga vimos que no es una sola persona, que hay intereses políticos, pero también económicos y de actividades ilícitas, que desarrollan los planes desestabilizadores y el discurso del Estado fallido; detestan a las instituciones democráticas y constitucionales, pero se las toman para beneficiarse.
¿Está todo perdido?
Deberíamos marcar una línea de esperanza, el país tiene un resquebrajamiento institucional, es cierto, pero también cuestiones positivas, como el que la Corte Constitucional y la Fiscalía sean oportunas ante el incumplimiento de la ley en el Consejo de Participación; esto demuestra que el mismo sistema institucional puede dar respuestas.
¿Qué puede hacer el futuro presidente?
Es preocupante que en el debate presidencial nadie dijo cuál es el plan país ante la atmósfera de confusión que vivimos, con el Consejo de Participación y sus polémicas; las demoras de la Corte Constitucional, la inacción del Consejo Nacional Electoral y el Tribunal Contencioso Electoral, se necesita dejar el show y reordenar la institucionalidad, que viene desde la Constitución.
¿Qué hacer con el Consejo de Participación Ciudadana?
Se ratifica que es un órgano inservible, es el espacio del caos, de las contiendas que buscan llevarse todo para una agrupación política, nada para interés del Estado; es un engendro constitucional que debería desaparecer, incluso por sanidad constitucional.
¿Qué opina de la demora de la Corte ante el Decreto 500?
Se mira con preocupación la forma de actuar de la Corte, que debería hacerlo con oportunidad, celeridad y protagonismo; porque cuando se viola la Constitución, inmediatamente se la debe hacer respetar. La Corte se ha acostumbrado, sobre las cuestiones de trascendencia nacional, a notificar sentencias y dictámenes en viernes o previo al feriado, esto no está bien, porque no es un órgano político y no tiene que entrar a ese ritmo.
¿Se acabará la campaña y no resolverá el tema?
Tiene que actuar bajo el principio de la tutela judicial efectiva, con agilidad, para que la decisión llegue cuando pueda generar un efecto real. La Corte, lamentablemente, sale en defensa de la ideología, no de la Constitución. Quien ha terminado dirimiendo lo que es constitucional es la fuerza pública, las armas, quien tiene al ejército, a mí me da vergüenza.
¿Se equivocó la Corte cuando falló a favor de una niña trans?
Eso preocupa, creo que hay que tener mesura, serenidad suficiente y no trastocar los principios universales del Derecho, que permiten una protección sin diversidad, sí en libertad, a todas personas, pero de conformidad al desarrollo, al avance de su edad, lo dice la Convención Interamericana de los Derechos del Niño.
¿Cree que el presidente Daniel Noboa ha violado la Constitución?
Ha caído en fraudes constitucionales sistemáticos, con los decretos sobre la ausencia temporal por fuerza mayor; cuando se inició el sumario administrativo contra la vicepresidenta; cuando no pidió licencia para hacer campaña; endosándonos sus problemas de escritorio y exponiendo al país a una crisis institucional por un conflicto personal.
¿Qué consecuencias puede traer?
El frenesí de tomar decisiones inconstitucionales puede tener mucho respaldo de agencias publicitarias, pero luego vienen las consecuencias jurídicas y, si no me creen, veamos lo que ha sucedido con la Liga Azul, que están al borde de la destitución. Se creen imparables, que pueden interpretar como quieran las sentencias y la Constitución; el poder les hace pensar que no tienen responsabilidades y mañana las responsabilidades pueden ser muy lesivas y eso no le conviene al país.
¿El presidente puede ser destituido?
Las causales de destitución del presidente de la República son las que están en la Constitución, pero lo que el presidente ha hecho puede dejar abierta una puerta de desestabilización para el mañana, la del enjuiciamiento político a través de la Asamblea Nacional que, conspiradora como suele ser, podría destituirlo, si es que gana.
¿La ‘Liga Azul’ sí debe ser destituida?
Las sentencias de la Corte Constitucional son de inmediato cumplimiento, no de cumplimiento ante el susto. Mi criterio es que ya se incumplió el fallo; por lo que sí amerita la destitución, la Corte debe ser aleccionadora.
¿La Corte hizo bien en descartar la Ley Antipillos?
Me parece que la Corte se equivoca, porque en la sentencia se reconoce que el artículo 137 de la Constitución establece que la ley se debe someter a dos debates, pero que no es absoluto, o sea, relativiza. Bajo esa mirada se aleja de lo que ha dicho en dictámenes anteriores, no es ortodoxa en su forma de proceder, pero hay que respetarla.
¿Cuando se la nombró se dijo que era una Corte de lujo, cree que llenó la expectativas?
No, sobre todo porque ya no es la Corte del 2019, con la renovación parcial salió Hernán Salgado, que es uno de los constitucionalistas más serios y respetados. Segundo porque veo una corte que se ha dedicado a una tutela de la ideología y no de la Constitución. Que ha evitado la oportunidad y contundencia, en un país que demanda de urgencias y de un socorro institucional.
- “Los funcionarios, por razones subterráneas, no tienen comprensión de la Constitución y la ley y hacen interpretaciones, son cachiporreros de normas y supuestos, para beneficiar su metro cuadrado”.
- “No solamente el actuar indebido es una condición que afecta al país, sino también las omisiones, que son silencios con toda voluntad, precisamente para beneficiar al desastre institucional”.
- “No se está mirando lo que puede suceder en los posterior, la Asamblea, conspiradora como suele ser, podría desestabilizar al país, con un juicio político al presidente”.