Un informe de la organización «Christian Aid» ha identificado los desastres climáticos más destructivos de 2022, entre ellos el ciclón Eunice o el huracán Ian, que han provocado costosos daños desde el punto de vista financiero.
El documento, titulado «Contabilizando el coste 2022: un año de crisis climática», señala que algunos de los desastres tuvieron un coste de 3.000 millones de dólares cada uno, pero la mayoría de estas estimaciones se basan en las pérdidas aseguradas, lo que significa que es probable que los costes financieros reales sean mayores.
En la lista de los veinte desastres en 2022 figura el ciclón Eunice, que afectó Bélgica, Alemania, Irlanda, Países Bajos, Polonia y el Reino Unido en febrero y en el que murieron 16 personas.
También figuran las inundaciones en Australia entre febrero y marzo, en las que 27 personas murieron; las inundaciones de Sudáfrica en abril, con un coste de vidas humanas de 459; las inundaciones de Pakistán entre junio y septiembre, en las que 1.739 personas fallecieron; las de China entre junio y septiembre, en las que no se registraron víctimas mortales.
La lista también menciona la sequía en Europa entre junio y septiembre, el huracán Fiona en el Caribe en septiembre; el huracán Ian entre septiembre y octubre, en el que 130 personas murieron, así como las sequías anuales en Brasil y China.
Asimismo, se menciona la depresión tropical en Malasia a principios de año, en la que 54 personas murieron; la tormenta tropical en Madagascar a principios de 2022, con 366 muertos; los incendios en Chile entre enero y marzo, y las inundaciones en Brasil en febrero y la ola de calor en el Ártico en marzo.
Según el informe, el huracán Ian tuvo un coste de 100.000 millones de dólares y desplazó a 40.000 personas; la sequía y la ola de calor en Europa costaron 20.000 millones de dólares, mientras que las inundaciones en Pakistán desplazaron a siete millones y tuvieron un coste económico de 30.000 millones de dólares.
«Christian Aid» resalta que estos fenómenos extremos ponen de manifiesto la necesidad de una acción climática más urgente y subraya la importancia del fondo para pérdidas y daños acordado recientemente en la COP27 para proporcionar ayuda financiera a las personas de los países en desarrollo que han sufrido enormes pérdidas debido a una crisis climática que no han provocado.
La organización hace un llamamiento a los líderes mundiales para que decidan cómo gestionar el fondo.
El consejero delegado de Christian Aid, Patrick Watt, resaltó el coste financiero de la «inacción» ante la crisis climática.
«Pero detrás de las cifras en dólares se esconden millones de historias de pérdidas y sufrimiento humano. Sin recortes importantes en los gases de efecto invernadero, este costo humano y financiero solo aumentará», subrayó Watt en el informe.
«Algunas de estas catástrofes se produjeron a una velocidad deslumbrante, otras se desarrollaron, como la terrible sequía en el este de África, durante muchos meses», agregó.
«El Reino Unido no escapó a los estragos del cambio climático en 2022 con la tormenta Eunice y la ola de calor del verano cobrando su precio», puntualizó Watt. EFE