Visitas a criptas y terrazas promocionan turismo en Cuenca

Entre la Catedral Vieja y la de La Inmaculada hay apenas 100 metros de distancia, pero a la vez un abanico de atractivos, que le convierten en un destino infaltable en la agenda de todo visitante.

En el corazón mismo del Centro Histórico de Cuenca, el turista puede encontrar esta ruta que le ofrece arte religioso, arquitectura y hasta lo insospechado como las criptas bajo estas dos iglesias.

El punto de partida de esta singular aventura puede ser la entrada principal de la Catedral Vieja, en la calle Luis Cordero. Desde ahí se puede adentrar en sus instalaciones bajo la modalidad de autoguiado, valiéndose de infografías o audioguías en español, inglés y francés.

Andrés Quintuña es uno de los guías turísticos que conoce a detalle cada atractivo de las Catedrales. Con base en sus conocimientos, explicó que la amplia “puerta (de entrada) al cielo”, que cuenta con una simbología Papal, se abre para que la ciudadanía viva una experiencia inolvidable.

En el interior, lo primero que llama la atención es el nártex, un portón que antiguamente se destinaba para separar a quienes no se habían bautizado.

Una siguiente parada es el altar de madera que deslumbra con sus detalles dorados o baños de pan de oro. En lo más alto se encuentra la Santísima Trinidad.

Las miradas también son cautivadas por las siete capas de las pinturas de las paredes y sus coloridos frescos, así como el púlpito construido por Gaspar Sangurima y su hijo, que data de 1817.

Veinte pasos más adelante sobresalen las cuatro capillas laterales, que pertenecían a familias de la época con poder adquisitivo. Una de ellas pasó a ser la capilla del Santísimo Sacramento.

En la parte posterior se mira imponente el órgano de fuelles, uno de los más antiguos del Ecuador (1739), que debía ser accionado por cinco personas al mismo tiempo.

Mientras se camina por el interior de este templo se pueden apreciar diversas obras religiosas (imágenes talladas y pinturas) que datan del siglo XIX y XX.

La turista quiteña Andrea Íñiguez, quien aprovechó el feriado de Fin de Año, para admirar la belleza de la Catedral Vieja. “La pintura es muy hermosa. Estoy encantada con Cuenca, siempre digo que es mi ciudad favorita”, resalta.

Un espacio cargado de misterio son las dos criptas que se encuentra bajo la Catedral Vieja, una de ellas conocida como el “pudridero”. Aquí se colocaban los cuerpos sin vida de religiosos.

Turistas como Andrea Íñiguez (I) y sus familiares Ruth Lojano, Isabel y Sofía Manobanda, visitaron la cripta de la Catedral Vieja.

La Catedral Vieja, concebida en un principio como una capilla en 1557 y reconocida también como Museo de Arte Religioso desde el 2005, es la segunda iglesia que tuvo Cuenca. La primera fue la que hoy se conoce como Todos Santos.

“Esta torre es más célebre que las pirámides de Egipto”. Es la frase que sobresale en una placa visible en la pared hacia la calles Mariscal Sucre y que la destaca como uno de los puntos de referencia considerados por la Misión Geodésica, para comprobar la forma de la tierra.

La imponente Catedral Nueva

La próxima parada es la Catedral de la Inmaculada Concepción. Para adentrarse a este espacio hay que atravesar el parque Calderón, otro lugar lleno de historia.

Al paso se puede mirar el monumento a Abdón Calderón y las ocho araucarias, árboles que fueron obsequiados a Luis Cordero en 1875.

De entrada, hay que indicar que la Catedral Nueva cuenta con baldaquino, hecho con madera de cedro, recubierto con pan de oro. Su construcción fue inspirada en el altar mayor de San Pietro de El Vaticano, lo que le sorprendió al Papa Juan Pablo II, en su visita a Cuenca en 1985, y aseguró que siente como si estuviera en una pequeña Roma.

La terraza de la Catedral Nueva es uno de los mayores atractivos turísticos de Cuenca.

Sin embargo, uno de sus atractivos principales es la cripta, donde están enterrados religiosos y civiles destacados como monseñor Alberto Luna Tobar y el general Antonio Vega Muñoz, entre otros.

En la parte inferior de la Catedral Nueva se encuentra una cripta de 96 metros de largo, 12 de ancho y 4 metros de alto.

Rumbo a las cúpulas

Ahora viene lo mejor para quienes prefieren la aventura: la parte alta de la Catedral Nueva. 165 gradas, distribuidas en forma de caracol, le conducen al turista hacia la terraza, una oportunidad inmejorable para apreciar de muy de cerca a las celestiales cúpulas azules y una envidiable panorámica del Centro Histórico.

En este espacio también sobresale la escultura de Santa Ana. Se sabe que cuando se colocó esta figura se abrió una grieta que es fácil de divisar desde el parque Calderón y que interrumpió de forma indefinida la construcción de las dos cúpulas faltantes.

Después de este encuentro con el arte religioso y la arquitecta, un buen sitio para recargar energías es el ex Seminario de San Luis, la calle Santa Ana o zonas aledañas, donde se ofrece una gran variedad de gastronomía típica e internacional. (I)

LA CIFRA

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dólares cuesta la entrada al Museo de Arte Religioso. Niños, personas con discapacidad y tercera edad pagan 1 dólar. Los mismos precios se cobra a los turistas que visitan la terraza de la Catedral Nueva.

MÁS DETALLES

– Las visitas a la Catedral Vieja son de lunes a viernes, de 09:00 a 16:00. Sábados y domingos, de 09:00 a 14:00. En días festivos se extienden los horarios.

– Para visitar la terraza de la Catedral Nueva, los recorridos son de lunes a jueves, de 09:30 a 16:00. Viernes y sábados: 09:30 a 19:00, y domingos: 09:00 a 14:00. Feriados hasta las 19:00. Las entradas se adquieren en los mismos lugares de destino.

– Las rutas teatralizadas a la cripta son los sábados y domingos, con actores del Colectivo Artístico Barojo. Informes: Turismo y Cultura Cuenca (Facebook) Catedrales_Cuenca (Instagram). El recorrido completo cuesta cinco dólares.

Por.- José Mosquera Baca

Sugerencias a la cuenta de Twitter: @jmosquera1982

Fotos: Xavier Caivinagua/El Mercurio

Fabian Campoverde

Periodista multimedia y creador de contenidos digitales con una maestría en Comunicación Estratégica Digital. Especializado en temas de seguridad, cultura, crítica teatral y música. Escribe sobre viajes, arqueología e historia.

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