Carmen Cuji, la artesana que revolucionó el diseño de la chola cuencana

A través de los hilos, sus manos crean los bordados que caracterizan a la chola cuencana. Un oficio, que aprendió Carmen Cuji de la mano de su madre, Tránsito Gómez, por los años 90. Juntas confeccionaban las pesadas polleras y las elegantes blusas, pero Carmen decidió trazar su propio camino con la labor artesanal.

Con un capital inicial de 400.000 sucres en ese entonces, con creatividad, ingenio y convicción, la artesana se propuso mantener vigente la identidad cultural de la chola, que hoy da nombre a su marca: “Cholas”.

La palabra “aprender” es una constante en su léxico al expresarse y es, precisamente, lo que, dice ella, le ha permitido cumplir sus metas.

“De las experiencias negativas se aprende. Lo malo, tiene su lado bueno porque se aprende”, expresa doña Carmen. Ella inició su negocio entregando sus prendas en locales ubicados en la calle Tarqui y Calle Larga y también captó el nicho de los familiares de migrantes, que dejó la crisis financiera a finales de los años 90.

Mercado

Las mujeres compraban las prendas para eventos festivos y para compromisos sociales. “Vendíamos a las esposas de los migrantes, ellas compraban los trajes para la víspera de la fiesta, para la fiesta y para después de la fiesta. Nos pagaban bien”, cuenta la artesana, sobre esa época de auge.

Sin embargo, con el tiempo las ventas empezaron a decaer, a esto se sumó el ataque a las Torres Gemelas en 2001 en Nueva York lo que afectó su segmento de mercado. Su filosofía de estar en constante aprendizaje la llevó a innovar. De este modo adaptó la prenda de la chola cuencana y empezó a plasmar su identidad en la moda urbana.

En 1999, doña Carmen se instaló en el Centro Municipal Artesanal (Cemuart) donde mantiene su punto de ventas hasta la actualidad. Pasó por diversos procesos de formación y capacitación en instituciones como la Fundación Paul Rivet y Sendas.

“Ahí perfeccioné lo que yo sabía: el bordado, para aplicar en otras prendas y artículos de uso diario para llegar a un público más amplio”, recuerda.

Actualmente su catálogo incluye las polleras de la chola cuencana, con innovaciones. Antiguamente lucían seis metros de bordado, hoy lo hace con tres metros y en tela de algodón lo que las hace más livianas.

Además, confecciona blusas, vestidos, chaquetas y alpargatas. En lugar de telas como el terciopelo, emplea el algodón y borda flores, hojas, tallos con coloridos diseños.

Los precios de la indumentaria van desde los 20 dólares y varían de acuerdo a cada prenda y modelo.

En la sección de alpargatas se ha visto en la necesidad de ampliar las tallas y abarcar hasta la 45. La macana, los telares y los diseños étnicos caracterizan este calzado.

Empleo

En este proceso, la marca “Cholas” genera empleo, sobre todo, con 10 mujeres de la tercera edad oriundas de sectores rurales de cantones como Gualaceo y Sígsig y de la parroquia Cumbe.

Bajo las premisas de Comercio Justo y de sostenibilidad se sustenta esta pequeña empresa, que para 2023 tiene planificado ampliar y diversificar su catálogo para vestir no solo a “cholas”, también a los “cholos”.

“Inicié confeccionando y comercializando solo prendas femeninas, pero los hombres me reclaman así que, para el próximo año, en el primer trimestre tendremos nuevas colecciones”, cuenta doña Carmen.

Ella ha participado en las ferias de “Excelencia Artesanal” que organiza el Centro Interamericano de Artesanías y Artes Populares (CIDAP) en fechas conmemorativas para Cuenca. Ha realizado exposiciones, ha contado con locales en el Swissôtel de Quito y fue parte del programa “Artesano Artista” en el Palacio de Carondelet hasta 2020.

Además, bordó el traje tradicional que la diseñadora cuencana, Silvia Zeas, elaboró para la candidata a Miss Ecuador Doménica Zaporitti, en el 2008, de la mujer de Zuleta. Un traje en el que Zeas destacó la calidad del bordado y que obtuvo tres reconocimientos: en el Miss Ecuador, en Miss Continente Americano y en un certamen de belleza en España.

«Su trabajo es de calidad y es muy responsable en lo que se le pide», expresó entonces la diseñadora cuencana.

“La demanda ha crecido y a veces no doy abasto. Soy estricta al producir porque me gustan las cosas buenas y bien hechas”, asegura doña Carmen. (PNH)-(I)

Redes

Las prendas de “Cholas” se promocionan también en redes sociales como Fecebook e Instagram con el nombre cholasec.

100 pares de alpargatas pueden llegar a confeccionarse en temporada alta de ventas como Carnaval o vacaciones.

Patricia Naula Herembás

Licenciada en Comunicación Social con experiencia en medios tradicionales y digitales. Hace coberturas y en redacción de temáticas de emprendimiento, empresarial, sociedad e interculturalidad.

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