Hace un par de meses, el presidente Lasso emitió un decreto ejecutivo dando por terminados los períodos de los representantes, tanto de afiliados y pensionistas como de los empleadores, ante el Consejo Superior del IESS, por motivo de que tales representaciones habían venido extendiéndose más allá de los plazos legales, además de que se encontraban absolutamente cuestionadas. La decisión fue bien recibida por los sectores involucrados, más aún si se toma en cuenta la situación que atraviesa el IESS y que demanda acciones correctivas y urgentes por parte de sus organismos directivos.
Los empleadores designaron casi enseguida a su representante, en cambio, los afiliados y pensionistas se han visto envueltos en una pugna que, aparentemente, no tendría una razón lógica para darse, pero que, en la práctica se está dando, y de modo clamoroso. Se supone que el sector de afiliados, trabajadores y empleados, junto a los pensionistas, debería ser el grupo más interesado en que su representación cumpla con los postulados del IESS y garantice que los fondos del Instituto sean utilizados e invertidos de manera técnica y absolutamente diáfana. Se supone también, que en el proceso de designación de tal representación, los diferentes grupos humanos, a más de contar, obviamente, con una incuestionable legitimidad, deberían despojarse de cualquier interés particular, como debe ser. Sin embargo, a lo que estamos asistiendo es a una confrontación donde resulta difícil hasta identificar a los grupos en conflicto o, peor aún, ubicar sus verdaderas intenciones. Para variar, en los últimos días ha formado parte de la “lid” hasta un juez “a control remoto”, de esos tan de moda en esta época, y movilizaciones con banderas y pancartas, a la usanza de candidaturas populistas y domésticas.
Qué gran pena que un sector llamado a dar ejemplo de acciones limpias, comprometidas y coherentes, hoy está encabezando esta especie de remate de una representación clave para el futuro del IESS. Ojalá el nuevo año nos traiga novedades positivas en este sentido y quienes nos representen en el IESS trabajen por nuestras legítimas aspiraciones. (O)