Como consecuencia del trillado “cálculo político” la Asamblea Nacional ha suspendido por quinta vez, la posesión de los vocales suplentes del CPCCS. Reclamos airados, de Aland Molestina y Carlos Figueroa, médico general quien estuvo refugiado en Sarayacu en 2014 junto a Fernando Villavicencio y Cléver Jiménez, advierten de una bien planeada estrategia de Virgilio Saquicela y sus acólitos, para esperar los comicios del 5 de febrero,
En estas elecciones para el cambio del CPCCS con una larga lista de desconocidos, quienes utilizan los recursos públicos que el mamotreto del Código de la Democracia permite, hacen sus campañas a través de los medios de comunicación. Pero, aunque resulte increíble, vocales actuales como David Rosero, Juan Javier Dávalos, y Sofía Almeida van a optar por la reelección, personas muy cercanas al correismo y al PSC.
Su desempeño mediocre y alejado de cualquier representación ciudadana, más bien inclinados a la obstrucción, no han permitido tener un mínimo orden para nombrar a los representantes de las entidades de control, debido a que siempre aparece algún problema de última hora, incluidos los “vacíos” legales. Los vocales Rivadeneira, Estupiñán y Bravo también van a la reelección con sus candidaturas en firme, pero ya han sido amenazados por la Asamblea Nacional con su destitución, lo cual les impediría ejercer funciones públicas por dos años.
Ahora, si es que gana el SI en la Consulta Popular en la pregunta referida a la limitación de las funciones del CPCCS, perderían la posibilidad de designar a los representantes de las entidades de control, consideradas las “joyas de la corona”, por lo cual las nuevas responsabilidades serían mínimas, perdiéndose el “atractivo” de la manipulación, el chantaje y el juego de poderes, implícito en cada nombre que proponen y defienden.
La institucionalidad venida a menos del Ecuador no permite trabajar con objetivos globales que incluyan la convergencia de los poderes del estado. Mientras una gran mayoría ven en el SI de la consulta popular, una pequeña salida para mejorar este vendaval de desprestigio, hay muchos intereses creados por la clase política, para sacar sangre de los huesos que restan, luego de 14 años de haber jugado a la supuesta participación ciudadana, con una Constitución, Código de la Democracia y demás leyes, que impiden llevar al país a la tan ansiada seguridad jurídica, la cual es vital para tener un plan a mediano y largo plazo, que nos lleve a la modernidad y elimine el regreso del pernicioso populismo, siempre amenazante, esperando dar el zarpazo. (O)