El jefe de jefes de la mafia siciliana Cosa Nostra, Matteo Messina Denaro, fue arrestado este lunes 16 de enero de 2023, cuando acudía a un hospital de Palermo (sur) para tratarse de un cáncer, una detención «histórica» que pone fin a la larga fuga 30 años de este criminal, el más buscado de Italia y uno de los más peligrosos del mundo.
El mafioso, prófugo desde 1993, fue detenido junto al hospital La Maddalena de la capital siciliana para tratarse de un cáncer de colon que padecía desde hace un año bajo la identidad falsa de Andra Bonafede, de 59 años.
Lo esperaba un amplio contingente policial que rodeó la clínica, también por seguridad de sus pacientes, y lo detuvo cuando iba a entrar sin que este opusiera resistencia, explicó el fiscal de Palermo, Maurizio De Lucia, en una rueda de prensa.
Acto seguido, Messina Denaro, con abrigo de piel marrón, gorro y un reloj valorado en 35.000 euros, era introducido en un furgón policial y sacado de la clínica envuelto en un fuerte dispositivo de seguridad, mientras algunos policías se abrazaban y se felicitaban.
Con él fue arrestado su conductor, Giovanni Luppino, «un sujeto desconocido», algo obvio si se tiene en cuenta que lo último que quería era llamar la atención.
El comandante de los Carabineros (policía militarizada italiana), Pasquale Angelosanto, refirió que las investigaciones han implicado «muchos años», pero en «el último periodo» la atención se centró en el estado de salud del «capo de capos», porque era conocido que estaba enfermo.
Una labor larga y discreta
Los investigadores han trabajado «con discreción» y a destajo en los últimos tiempos, incluso en Navidad, para tratar de identificar una fecha, hasta que supieron que sería hoy, 16 de enero, cuando el mafioso acudiría a la clínica.
El oficial de los Carabineros Alberto Arcidiacono afirmó que el criminal «no fingió ser otra persona» porque, por otro lado, «solo mirándolo había poco que verificar», dado su gran parecido con los retratos robot que se hicieron de él.
La Fiscalía de Palermo no ha encontrado indicios que permitan sospechar una posible implicación del hospital.
Pero el fiscal De Lucia aseguró que las pesquisas se centran ahora en «las actuales protecciones de las que ha gozado» en su larga clandestinidad. Porque, avisó: «La mafia no ha sido derrotada, el error más grave sería pensarlo».
Una victoria del estado
El comandante Angelosanto apostó por seguir atacando a los clanes porque, subrayó, los más de cien arrestos a su entorno en la última década y los cientos de millones de euros incautados «han debilitado irremediablemente» su red de apoyo criminal.
El país recibió con sorpresa y alegría la detención de este criminal y la primera ministra, Giorgia Meloni, liberó su agenda en Roma para viajar inmediatamente a Palermo y felicitar a los agentes responsables de esta acción, «una gran victoria del Estado».
Una bella giornata per l’Italia tutta. La Nazione è orgogliosa di voi. pic.twitter.com/Vrl0LREeVz
— Giorgia Meloni (@GiorgiaMeloni) January 16, 2023
El jefe del Estado, Sergio Mattarella, siciliano a quien la mafia asesinó a su propio hermano, también expresó su «congratulación» por el arresto de este mafioso.
El hombre detrás del criminal
Messina Denaro nació el 26 de abril de 1962 en el pueblo siciliano de Castelveltrano, en el seno de una dinastía de mafiosos dirigida por su padre, Don Ciccio, autor de una fructífera alianza con el clan de Corleone, de los «capos» Bernardo Provenzano y «Totò» Riina.
Conocido como «U Seccu» (el seco, en siciliano, debido a su complexión delgada), se sabe que leía muchísimo, era sagaz y en su juventud se consideraba un buen estudiante.
Así lo reveló en una carta recogida en el libro «L’invisibile» (2012): «Me arrepiento de algunas cosas en mi vida y una es no haber estudiado. Fue uno de los grandes errores de mi vida. Mi mayor rabia es que era un buen estudiante pero me distraje con otras cosas», escribía en la misiva interceptada en 2015 por la policía.
Lo que le distrajo de los estudios, en efecto, fue tomar las riendas de la peligrosa Cosa Nostra de su principal mentor, «Totò Riina», una labor que le obligaría a pasar en la clandestinidad durante tres décadas, desde el verano de 1993.
Messina Denaro deberá cumplir con las varias cadenas perpetuas a las que fue condenado en el pasado por sus innumerables derramamientos de sangre en luchas de clanes, atentados y crímenes, como el secuestro de un niño, Giuseppe Di Matteo, asesinado y disuelto en ácido porque su padre, mafioso, estaba colaborando con la justicia.
El fiscal declaró su «orgullo» por esta operación que, dijo, «en parte salda una deuda de la República con las víctimas».
Porque Messina Denaro es, dijo, «el último capo» de la era de los atentados, la que sembró el terror en la Italia de los Noventa y que en 1992 acabó con la vida de los magistrados Giovanni Falcone y Paolo Borselino, pioneros en la lucha contra Cosa Nostra y hoy más recordados que nunca. EFE