Cartagena (Colombia).- La periodista filipina María Ressa, ganadora del Premio Nobel de la Paz en 2021, llevó este viernes su voz de alarma contra las redes sociales y su poder de manipulación y de crear una gran dictadura global al Hay Festival de Cartagena de Indias.
«Las redes sociales nos han quitado nuestra voluntad propia», aseguró la periodista en un conversatorio junto a su colega mexicana Lydia Cacho en el escenario del Centro de Convenciones de la ciudad caribeña desde donde clamó contra el «capitalismo de vigilancia» que han impuesto las redes sociales.
Ressa explicó que «la lucha del hombre en contra del poder es la lucha de la memoria en contra del olvido» y en esa premisa, «las redes sociales hace que olvidemos», por lo que están acentuando todos los problemas democráticos.
«USAN TU RABIA»
«¿Quién no tiene un celular?», preguntó irónicamente la fundadora del portal Rappler a un auditorio medio lleno y donde la media de edad rondaba los 50 años para explicar que cada aplicación que hay en esos teléfonos móviles recoge los datos de tal forma que llega a conocer a las personas «mejor que sí misma» y acaban por «clonar».
Esa información, como bien ha sido probado, es usada por empresas para «perfilar»: «usan tus temores, la rabia, el odio», explicó la filipina, hasta tal punto de propagar genocidios como el de los rohinyás.
Y eso en Filipinas lo saben bien, pues fueron el «punto de partida» de las prácticas de Facebook y Cambridge Analytica, la empresa de datos que ha sido motivo de debate también hoy en el festival a través de otra periodista, Carole Cadwalladr, quien explicó el poder de esta compañía para extraer datos de más de 85 millones de personas para usarlo con fines mercantiles e incluso para venderlos a gobiernos.
Hasta el punto que Ressa afirmó que más allá de autócratas como Rodrigo Duterte, Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook, es el verdadero dictador global, pues ha conseguido «alterar nuestra biología sin importar de qué país o cultura somos».
EL USO DE LAS REDES DESDE EL PODER
Este uso del perfilamiento en las redes se suma a la facilidad con las que las mentiras se propagan en Internet. Así, las redes se usan «como un arma» donde las mentiras viajan seis veces más rápido que la verdad: «cuando se dice una mentira como si fuera un hecho, uno ya no sabe qué está bien y qué está mal», alegó.
La guerra de la información empezó en 2014 cuando Rusia comenzó a experimentar con las redes sociales en Estados Unidos, explicó Ressa. Ahí comenzó a expandirse la narrativa de que Crimea pertenecía a Rusia; un mensaje que entonces el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, afirmó y que se convirtió en premisa para la actual invasión de Ucrania.
Ressa sabe bien de ese poder porque ella misma fue un «blanco». Duterte y sus seguidores comenzaron a expandir la narrativa de que los periodistas eran criminales en 2016 para allanar el terreno de la persecución judicial de la que es víctima desde hace años: «he pasado más tiempo con abogados que con periodistas», se rió ahora que ha conseguido desmentir buena parte de las acusaciones en su contra.
En este panorama, y en una charla donde verdad y hechos han sido las palabras más repetidas, la periodista filipina lo tiene claro: «Sin los hechos, no se puede tener verdad y sin la verdad no podemos tener democracia».
Y, por ello, como lo hizo al aceptar el Nobel, lanzó su rotundo mensaje: «los datos son claros, ha llegado el momento de actuar». EFE