Asentados los sustos del agotamiento del modelo socialcristiano en Guayas, los votantes que dieron el triunfo al nuevo mimado del correismo, en algunas mesas con diferencia de 5 a 1, esperan de la propuesta de Aquiles Alvarez, eficacia en los resultados. Sus ofrecimientos hacen pensar que se desmarcará rápidamente de la “disciplina partidista” populista dirían sus detractores, para implementar la estrategia técnica y dotar de agua potable sin arena, lograr un saneamiento ambiental sostenible, reducir la carencia de vías medianamente transitables, devolver el verdor a los parques, e implementar un patrón exitoso de movilidad. Esperaremos.
Las cartas jugadas en todo el país por el correismo, producto de la desorientación de la gente y la complicidad del CNE al permitir se infrinjan reglas electorales como la de prohibir a los candidatos colocar el rostro de prófugos de la justicia como el caso de Correa, dieron la ganancia en Quito a Pabel Muñoz (25 % de electores), la reelección a Leonardo Orlando en la prefectura de Manabí, y a otros candidatos en varias provincias del país.
La falta de acuerdos de la oposición como el caso del distanciamiento entre Pedro Freile y Andrés Páez, hicieron que se difumine un importante 35 % de votos; la demostración palpable de la falta de un mínimo sentido común, el egocentrismo y la carencia de renunciamientos personalísimos para enfrentar al correismo y al yundismo, le pone a Quito otra vez, como desde hace 15 años en una sobrecogedora angustia. Fueron otros tiempos aquellas alcaldías como las de Roque Sevilla o Rodrigo Paz.
Se debe reconocer que los populistas son más organizados. Su escuela es más práctica; al carecer de una orientación ideológica fuerte, mezclan todo lo imposible y se aprovechan de los vaivenes de la democracia para revivir el pasado inútil a los ingenuos, con una militancia formada en los eclipses del miedo y el recuerdo de las dádivas perpetuas del sanduche y la cola. Para ellos el problema no es ganar las seccionales, sino ver cómo logran traer a su caudillo en medio de una justicia muy cuestionada por las actuaciones inverosímiles de algunos jueces de alquiler, otrora militantes o seguidores de sus idearios congestionados por el repudio a las libertades ciudadanas, y la codicia por el dinero público.
En Cuenca, un histórico cuádruple empate técnico de los candidatos a la alcaldía definió al ganador en las últimas horas. El 18,58 % alcanzado por Cristian Zamora de la ID avecina que el Concejo Cantonal estará muy dividido, y deberá buscar consensos para proyectar a Cuenca hacia niveles de ciudad de futuro. Los tres candidatos que no alcanzaron al alcalde electo quedaron intactos para otra contienda. (O)