Esta semana el colectivo Tradición y Acción exigió al artista cuencano Eduardo Moscoso y a la Casa de la Cultura que clausure su exposición de arte, alegando que la misma atentaba contra el cristianismo, la moral y las buenas costumbres. Sus acciones promovieron el odio y la discriminación hacia Eduardo y su familia.
Esta misma semana, una jueza de Montecristi-Manabí, otorgó la libertad a los femicidas de Cristina Palacios y de Bertha Minchala, quienes estaban recluidos en la cárcel de Azogues, alegando que su salud mental es frágil y necesitan atención. Tradición y Acción no ha dicho nada al respecto, siguen pidiendo que la muestra se cierre.
Esta es la dinámica local, grupos conservadores se preocupan por el «mal uso de imágenes cristianas», pero les importa nada la violencia hacia las mujeres, la inmoralidad de la justicia, la pedofilia, y pecan de indolentes. En fin, la incoherencia y la injusticia van de la mano. (O)
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