El Ministerio de Defensa de Perú (Mindef) elevó a dos los militares fallecidos y otros cuatro desaparecidos tras el incidente ocurrido el domingo 5 de marzo de 2023, cuando intentaban cruzar un río en la región sur andina de Puno, epicentro de las manifestaciones antigubernamentales que se presentan en el país andino.
Un comunicado oficial lamentó este lunes 6 de marzo «profundamente» la muerte de los cabos del Ejército Peruano Franz Canazas Cahuaya y Alex Quispe Serrano así como la desaparición de los otros cuatro militares en el río Ilave, y expresó «su absoluta solidaridad con sus familiares».
Agregó que las labores de búsqueda «se realizarán de manera ininterrumpida y no concluirán hasta que sean hallados todos los militares desaparecidos» y que se ha abierto «una exhaustiva investigación para esclarecer los hechos, y determinar, de ser el caso, las responsabilidades a las que hubiera lugar».
El Mindef también condenó «enérgicamente la actitud hostil ejercida contra la patrulla del Ejército de la que formaban parte los mencionados militares por parte de violentistas que les impidieron el paso».
Aseguró que esto obligó a los militares «a tomar una ruta alterna que cruzaba el río con el fin de evitar un enfrentamiento con dichos elementos radicales».
Este domingo 5 de marzo, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas señaló que los militares fueron arrastrados por las aguas del río Ilave cuando huían de un grupo de manifestantes antigubernamentales.
Los militares integraban una patrulla que se trasladaba desde la localidad de Ilave hacia Juli, donde manifestantes quemaron el sábado una comisaría, cuando fueron interceptados por un grupo de personas que les impidió el paso, según el Comando Conjunto.
Ante esa situación, indicó un comunicado, decidieron cruzar el río Ilave para evitar el enfrentamiento, pero, «debido a las dificultades, al caudal del río y al ataque con piedras y otros objetos contundentes» seis miembros de la patrulla fueron arrastrados por la corriente.
Entre los desaparecidos hay otros dos cabos y dos soldados, mientras que otros cinco militares fueron internados en el hospital de Ilave por hipotermia, en condiciones estables.
El sábado 4 de marzo, unas 300 personas atacaron la comisaría de la ciudad de Juli con piedras y objetos contundentes por varias horas, y finalmente la incendiaron, según informó un comunicado conjunto de los ministerios de Defensa y del Interior.
A raíz del ataque resultaron heridos 10 policías, que fueron evacuados en helicóptero, y también siete civiles que fueron atendidos en el hospital Rafael Ortiz Ravines.
En forma paralela, agregó el comunicado, otro grupo atacó la base militar de Juli, establecida temporalmente en un hotel, lo que provocó contusiones y cortes a diez efectivos del Ejército.
En la región de Puno se mantienen los bloqueos de caminos y paros de actividades desde enero pasado cuando sus pobladores salieron a las calles a exigir, entre otros temas, la renuncia de la presidenta Dina Boluarte y murieron 18 civiles en choques con las fuerzas de seguridad en la ciudad de Juliaca.
El jueves 2 de marzo pasado una delegación de pobladores de Puno llegó a Lima para sumarse a las protestas antigubernamentales que también exigen elecciones generales anticipadas, el cierre del Congreso y la convocatoria a una asamblea constituyente.
El gobierno de Boluarte ha declarado el estado de emergencia en Puno, donde el control del orden interno está a cargo de las Fuerzas Armadas, con apoyo de la Policía Nacional de Perú. EFE