Las extorsiones aumentaron en Cuenca en los últimos tres años

Hasta hace solo tres años, en los comercios y espacios de servicio de Cuenca era raro escuchar casos de extorsión. Aunque sí se registraba ese tipo de delito, el número de denuncias era mínima.

Hoy, la realidad es otra. De acuerdo a los datos de la Fiscalía del Azuay, solo en el 2022 se denunciaron 299 extorsiones a personas, frente a las 83 denuncias que se realizaron en el 2019.

De ese número, el 40% ocurrió personalmente. Es decir, sujetos acudieron a los lugares de trabajo o viviendas de los extorsionados. El resto de casos se suscitaron por llamadas telefónicas, redes sociales y mensajes de texto.

Las denuncias, para Froilán Salinas, director del Consejo de Seguridad Ciudadana, es la muestra de una situación actual que no solo está viviendo Cuenca, sino todo el Ecuador.

“(En Cuenca) la extorsión está vinculada con un acto de violencia o intimidación, la cual se da, principalmente, en el ámbito de definir un bien o servicio a cambio de hacerte o no hacerte daño. Ha habido un incremento importante de este delito con respecto al 2021”, explicó Salinas.

Gran parte de estas extorsiones tienen una relación con los llamados “vacunadores”, quienes, desde el año pasado han estado solicitando dinero en distintos sectores de Cuenca.

Uno de los últimos casos ocurrió en los alrededores de El Arenal. En enero, comerciantes contaron que sujetos en motocicleta habían visitado comercios para solicitarles cincuenta dólares a cambio de seguridad.

¿Qué pasa en Cuenca?

Para el fiscal provincial del Azuay, Leonardo Amoroso, ya había casos de extorsión en la ciudad. Sin embargo, la realidad era otra. Por ejemplo, hasta hace una década, sujetos se aprovechaban de las publicidades que se hacían en los periódicos para obtener información y empezar a extorsionar.

Hoy, las extorsiones son distintas: personas que dicen ser parte de agrupaciones delictivas, cobros de dinero a cambio de no atentar contra la vida y el uso de redes sociales para amenazar.

Sobre la presencia de vacunadores, Amoroso explicó que los grupos delictivos se están aprovechando del temor de las personas que se ha creado a partir de lo que ha ocurrido en otras provincias del Ecuador.    

“El tema de las vacunas se viene dando en otras provincias, pero se está aprovechando del temor de las personas que son presa fácil a este tipo de situaciones. Lo lógico, lo correcto es hacer la denuncia, pero no hay una confianza y la gente sucumbe a las extorsiones”, dijo Amoroso a diario El Mercurio.

El fiscal agregó que la Fiscalía del Ecuador cuenta con un equipo especializado que está dedicado a investigar las extorsiones, ante lo cual es necesario realizar la denuncia para dar con el paradero de los extorsionadores.

¿Qué hacer ante la extorsión?

De acuerdo a las denuncias presentadas el año pasado, en Cuenca las extorsiones ocurren, principalmente, de manera presencial, por llamadas telefónicas y por las redes sociales.

En cuanto al primer modo, Leonardo Amoroso recomendó hacer la denuncia inmediatamente. En muchos casos, los afectados no quieren denunciar por temor a las represalias que puedan tomar los extorsionadores.

No obstante, el fiscal recordó que existe un programa que protege a las víctimas cuando hay amenazas de por medio.

En el segundo y tercer método de extorsión, para el experto en cyberseguridad, Fabián Íñiguez, lo primero que se debe hacer no es entrar en pánico.

“Puede sonar difícil, pero las personas no deben sucumbir. Si empiezan a llamar o escribir no hay que responder. No hay que darles un hilo para que empiecen a extorsionar. Luego hay que denunciar las extorsiones, y para eso debe llevar los números y haga capturas de los mensajes”, dijo Íñiguez.

Por lo general, según Íñiguez, los delincuentes usan ciertos datos que han encontrado en las redes sociales: nombres, fotografías y ubicaciones.

Y, a partir de esa información empiezan las extorsiones. Por ejemplo: supuestos secuestros o suplantación de identidad.

“Hay que hacer verificaciones. Si me dicen que es mi tía por mensaje, pues llame a la tía o busque a sus allegados. Pero la principal recomendación y lo que hay que remarcar es no contestarles y no darles información”, finalizó el experto en seguridad. (AWM)-(I)

Andrés Mazza

Periodista y fotógrafo. Escribe sobre cultura, educación, migración y astronomía.

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