Es una tradición de seis generaciones. Desde que la bisabuela Alegría Parra de Villacís comenzó con la elaboración de pan en 1908, se mantiene vivo este oficio familiar. Las centenarias recetas se han heredado de generación en generación, hasta llegar a Camila Vásquez, quien ya se prepara para tomar la posta del negocio.
Por más de un siglo, la familia Villacís ha trabajado en la panadería ubicada en las calles Presidente Borrero y Sangurima. “Gracias a Dios hemos logrado mantener este legado, es el trabajo de mis antepasados, es una lucha diaria en la que ponemos todo nuestro esfuerzo”, expresó Carlota Vélez Villacís, la cuarta generación.
Portafolio de productos
Además del pan, elaboran galletas, melcochas, suspiros, quesitos, roscas de yema, roscas enconfitadas, quesadillas y mistelas. Las golosinas de antaño como tamales, chumales, queso amasado, conservas, ají, mermeladas y manjar de leche.
En pan ofrecen rodillas de Cristo, costras, bollo, pan de huevo y pan blanco. Sin embargo, el producto estrella es el pan mestizo, que no lleva azúcar, ni manteca.
“Nuestros productos no tienen colorantes, ni preservantes, son sanos y hechos con materia prima seleccionada. La sal que usamos no es refinada, es sal marina en grano. En dulce, no colocamos azúcar, sino, miel de panela para lograr un buen resultado y eso es lo que nos ha mantenido en el mercado por más de 100 años”, explica Mónica Idrovo, hija de Doña Carlota Vélez.
Producen alrededor de 1.000 panes al día, aunque incrementa en épocas como Navidad, Carnaval, Día de la Madre y Día de los Difuntos.
Sus productos son artesanales y el negocio mantiene las tradiciones cuencanas. Doña Carlota recuerda que las mistelas antiguamente se brindadan cuando llegaban visitas a la casa, en la Navidad, en la Novenas, en bautizos, en fiestas o como bajativo. Estos cocteles, de bajo grado alcohólico, se elaboran en sabores como menta, café, mora y leche de tigre.
Empleo
Un total de nueve familias, el 90% mujeres, conforman “El Pan de Las Villacís”, que genera trabajo de forma directa e indirecta. Entre los proveedores cuenta con productores de comunidades de Paute, Gualaceo, Oña y Nabón, entre otros.
En los inicios, el local estaba ubicado en las calles Luis Cordero y Vega Muñoz, luego se trasladó a la Presidente Borrero y Sangurima, tras la adquisición de la casona patrimonial en la que se atiende en la actualidad.
En este lugar creció Camila Vásquez, hija de Mónica Idrovo. La joven de 19 años es la sexta generación de las Villacís, estudia Administración de Empresas y sigue cursos en panadería y pastelería para dar continuidad al oficio.
“Siempre he estado rodeada del pan, de las mermeladas. Mi abuelita, mi madre, mis tías-abuelas me impartieron el concepto del compromiso, de emprender, de ser responsable con los empleados. Hoy estoy de forma indirecta, pero me estoy preparando para asumir este legado”, dice Camila, con orgullo.
El negocio surgió con Alegría Parra de Villacís. Le siguieron, Rosa Elena Villacís y María Elena Villacís. En la actualidad están Carlota Vélez Villacís, Mónica Idrovo y Camila Vásquez.
Turismo
Antes de la pandemia, la casona de Las Villacís formó parte una ruta turística, para los amantes de la cultura y las tradiciones. Se efectuaban circuitos de visita a la vivienda de arquitectura vernácula patrimonial, que conserva recuerdos en cada rincón.
“Es costoso conservar una casa de estas características, como era hace 100 años. Sin embargo, si pretendemos retomar los circuitos turísticos, en los que se combina el negocio, la producción de pan y la casona”, indicó Mónica Idrovo.
Entre otros proyectos, prevén abrir sucursales en el norte y sur de la ciudad. Actualmente, están al 100% de producción, luego de la pandemia de 2020. (PNH)-(I)
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centavos es el costo del pan y 10 dólares los licores. Los horarios de atención son de lunes a viernes de 07:30 a 19:00 y sábados de 08:00 a 16:00.
DATO
El “Pan de Las Villacís” está en las redes sociales Facebook, Tiktok, Instagram y en WhatsApp con el número 096 211 6371.
“Hacemos todo con cariño, amor y con lo mejor. Es el secreto de las Villacís, un aprendizaje basado en experiencias que nos han transmitido nuestros mayores”.
Mónica Idrovo. Una de las herederas de “El Pan de Las Villacís”.