Aprender para las turbulencias

Temas que no sean de índole política no se leen, aún mássi no se habla de ciertos cabecillas, me comenta un lector en las redes sociales en referencia a uno mío que no tenía ciertamente este matiz. Es muy sugestivo conocer el sentir del lector y era aún más cuando ellos tenían un espacio en un periódico tradicional en la sección “Cartas al director”o “Defensor del lector” y que ahora se ven obligados a mezclarse con los de la ciénaga de las redes sociales, en donde se mezclan con voces mefíticas que salen para deshonrar a cuantos no son de su onda y con un lenguaje que no es el castellano, sino con una hibridación babélica, además de procaz y maléfica.   

AL agradecer al desconfiado lector, le respondo que somos cómplices los que también cultivamos alfalfa para la vida y el cebe de los que aupados en el poder se nutren de quienes somos tontos útiles, si no idiotas rentables, altenerlos en la palestra en cada escenario que se presentan. Por eso, le adiciono que no importa la cantidad de quienes nos lean sino más bien la contribución consciente que hagamos para cambiar la mentalidad de la sociedad, de la niñez y la juventud en especial. En esta frecuencia, hoy quiero referirme, otra vez, al libro como instrumento de aprendizaje en las turbulencias del espíritu. 

Ningún mejor regalo para cualquier conmemoración queun libro, como lo hacía mi amiga Martita en tiempos de docencia universitaria, porque creía que el libro es el únicoque jamás se malogra. Ciertamente, uno puede llegar a la vejez, desvelarse pensando las sinrazones de la gente, no tener un amor a quien dar amor, ver al mundo desbastado por políticos frenéticos o reparar que tu honor es pisoteado en las cloacas más viles de las redes sociales… y como autodefensa, solo queda el libro como ayuda a las turbulencias del espíritu. 

El mejor aprendizaje está en el libro y en la vida cotidiana,para consuelo de los pragmáticos. Todos somos conscientes de la rapidez con que el conocimiento se hace obsoleto; para ello está el libro que estimula a ser razonables y sensatos, evitando ser una masa cretinizada a provecho de los avivatos. Con la lectura abandonaremos los conceptos restringidos del homo sapiens, faber, económicus, ludens, imaginarius, demens… y podremos ser capaces de identificar los orígenes de errores, las ilusiones y cegueras.

CMV

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.

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