La situación sigue mal en los dispensarios del Seguro Social Campesino de Cuenca. Los afiliados que acuden a consultas, sienten la falta de medicinas, de personal y de espacios que facilitan su diagnóstico como laboratorios clínicos.
En Barabón, los usuarios sostienen que la falta de medicamentos es el principal problema. María Esperanza Arévalo, de 80 años de edad, es afiliada al Seguro Social Campesino desde hace unos 10 años.
Ella sufre de la presión y hace tres meses se encarga de comprar su propia medicina. En el dispensario de Barabón no hay el medicamento que ella requiere. Comentó que cada mes debe gastar entre 40 y 50 dólares para abastecerse del insumo médico necesario para controlar su enfermedad.
Arévalo no trabaja y eso le complica más su situación actual. Ayer acudió al centro de salud en Barabón, pero tampoco le ayudaron con su medicina. No obstante, le entregaron otra medicación de la que ni siquiera tenía conocimiento del nombre o su utilidad, aseguró.
Algo similar le pasó a doña María Chimbo, de 70 años. Ella cuenta que no ha recibido la medicación necesaria porque en el dispensario no la tienen.
La adulta mayor padece de una dolencia en su rodilla y ya le remitieron a otra casa asistencial para su revisión. Sin embargo, comentó que necesita medicina que no le ha sido entregada en el dispensario.
A unos 20 kilómetros de distancia, en San Vicente de Paccha, la cosa nos es diferente. Hacen falta medicinas, no tienen enfermera y tampoco cuentan con laboratorio, aseguró Mayra Lucero, afilada al Seguro Campesino.
Son 600 aportantes, de las cinco comunidades cercanas, a quienes urge atención. Y es que, gracias a ellos, hoy cuentan con una infraestructura para el dispensario. El inmueble anterior se destruyó y entre todos colaboraron y colaborarán con el mantenimiento de este centro, aseguró.
Cercano a esta parroquia, el dispensario de Llacao también padece de inconvenientes. No cuenta con un auxiliar de medicina, detalló Beatriz Angamarca, afiliada que reside en esta parroquia.
Anhela que pronto llegue el primer lote de medicinas ofrecido por el director nacional del Seguro Campesino, Pedro Eguiguren, a través del director provincial, Sebastián Ramírez. Se tiene previsto que la primera entrega se realice el 19 de mayo y completarla hasta finales de junio.
Afueras
En cantones también hay dificultades. En el dispensario de Corraleja, en Nabón, los trabajadores de la salud atienden solo tres de los cinco días hábiles, comentó José Chimbo, afiliado que vive en Susudel.
Él aseguró que los médicos acuden de lunes a miércoles y los restantes dos días solo la enfermera atiende, entrega turnos y registra datos. Agregó que tampoco hay medicamentos para abastecer sus demandas.
Asimismo, aseguró que son los afiliados quienes en mingas se encargan de mantener el dispensario.
Acciones
La semana anterior, afiliados al Seguro Campesino protestaron en la subdirección provincial de la entidad reclamando el abastecimiento de medicinas. Usuarios de diferentes localidades se sumaron a esta acción.
El lunes próximo se reunirán en el Dispensario de Barabón para analizar las propuestas y planteamientos que llevarán a Quito como afiliados al Seguro Campesino, aseguró Lucero. (FCS) – (I)
48
dispensarios del Seguro Campesino están distribuidos a lo largo de la provincia de Azuay.
72.000
afiliados al Seguro Social Campesino están registrados en la provincia de Azuay.