El acuerdo comercial con la China es una brillante oportunidad para que los productores agrícolas y demás sectores exporten al país con más consumidores en el mundo pudiendo hacerlo en los volúmenes que su iniciativa y capacidad de producción les permita, pues prácticamente no habrá techo de restricción.
Buenas noticias que demuestran que los encargados de las estas negociaciones han trabajado bien. “En materia de bienes, el intercambio comercial entre ambos países alcanzó alrededor de los 12.000 millones de dólares en el 2022. Las exportaciones ascendieron a 5.823 millones de dólares, destacándose productos como el camarón, el concentrado de plomo y cobre, otros productos mineros, banano, balsa, madera y sus elaborados, cacao, entre otros. Se registraron importaciones por un monto aproximado de 6.353 millones de dólares en productos como: manufacturas de metales, automóviles, teléfonos celulares, computadoras, máquinas y sus partes, entre otros. El 77 % de las importaciones provenientes de China se centran en materias primas, insumos, bienes de capital y combustibles, elementos necesarios para la producción.”
Luego de las cuatro rondas de negociación quedó muy clara la confianza y el aprecio mutuo entre los gobiernos. Ahora toca mejorar la capacidad productiva con capacitación dirigida desde las instancias gubernamentales, las asociaciones de productores, cámaras y demás organismos técnicos. El Ecuador tiene un potencial de riqueza inmenso que permitirá mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos y nos hará competitivos con los vecinos de Perú, Colombia y Centroamérica.
Aclaremos que las normas técnicas de control para productos de importación o exportación deberán ser rígidas, como es el caso de las cerámicas que en las fábricas de Cuenca tiene su principal centro de operaciones con empresarios comprometidos en generar productos reconocidos en el mundo. No puede haber bienes de bajo costo, sacrificando las condiciones de durabilidad y en general la calidad integral. Aquí el control debe ser exhaustivo.
Con el acuerdo alcanzado, el riesgo país se redujo, lo cual significa una recuperación de nuestra imagen, contrastada con la manipulación política observada en la mayoría de integrantes de la Asamblea Nacional, cuya aceptación no llega al 5 % y que mañana deberá cambiar de autoridades, para aprestarse a realizar el famoso juicio político al presidente Lasso, que no tiene ni pies ni cabeza, convertido en una payasada para hacer perder el tiempo y la fe en las instituciones democráticas del Ecuador. Quisiéramos ver trabajo en equipo para seguir mejorando el país. Por lo visto los esfuerzos sólo han venido del ejecutivo. (O)