Si no existe dinero disponible no hay nada. Puede haber voluntad política para ejecutar las obras; pero sin recursos, del cero no se parte.
En el ámbito público aquello es un axioma. Ni se diga en vialidad, el “Talón de Aquiles” del Azuay. También del resto de provincias australes.
Al estrenarse, la Cámara Provincial del Azuay resolvió exigir la comparecencia del ministro de Transporte y Obras Públicas, César Rohon. Igual, del titular de Finanzas, Pablo Arosemena.
Deben responder “por la compleja situación vial y la falta de recursos”. En concreto, sobre el ofrecimiento de USD 104 millones para atender los problemas viales del Azuay; y los procesos contractuales en las carreteras Cuenca-Girón-Pasaje y Cuenca-Molleturo-El Empalme, declaradas en emergencia hace dos meses.
La emergencia concluyó. No se firmó ningún contrato aprovechando las permisividades previstas en una declaratoria de esta índole. Tiempo perdido. Se cambió al anterior ministro de Transporte. Otro tropezón.
Supuestamente las obras se contratarán en agosto próximo. Lo dijo la entonces subsecretaria de la Zonal 6 del MTOP.
Pero nada está seguro. Lo anticipó el ministro Rohon horas después de posesionarse: alrededor del 50 % de las vías en el país “están en mal estado” o con circulación preventiva.
Pronunció una frase de cierta conmiseración para con Azuay por la pésima vialidad. Pero nada más.
Si vienen a Cuenca los referidos ministros, posiblemente repitan las mismas justificaciones. Es más, en seis u ocho meses se irán junto con el presidente Guillermo Lasso.
En ese lapso, ¿podrán hacer algo concreto por la vialidad azuaya cuyo pésimo estado deriva en millonarias pérdidas económicas?
El MTOP tiene pocos recursos disponibles. Su único “oxígeno” son los créditos o concretar las alianzas público-privadas. Y para el colmo sigue el duro invierno y es inminente la llegada de El Niño con todas sus amenazas, sobre todo en las vías.
De alguna forma, es fácil intuir las explicaciones de César Rohon a la Cámara Provincial.