“El país debe saber que soy el único candidato que tiene el respaldo de toda la Fuerza Pública”… “Estuvo en el CENEPA? Combatió? O estuvo en Quito? Pregunta honesta, es para un deber”…. En épocas electorales suelen escucharse apresuradas expresiones de parte de los candidatos, algunos de ellos con cierta desesperación por captar la atención del votante.
Los políticos están en campaña y se nota porque tanto las redes como los medios se han hecho eco de expresiones pronunciadas con reforzada intencionalidad, pero que dichas así, muy suelta de huesos, resultan incluso peligrosas para el mismo proceso electoral.
Acusar, por ejemplo, la ineficiencia del trabajo en materia de seguridad, por parte del renunciado General Paco Moncayo es un gesto que como político el candidato Jan Topic está empujado a hacer. Sin embargo, en sus redes sociales, en una de las respuestas puso en duda la participación del héroe militar en el conflicto del Cenepa. La reacción en defensa del conocimiento sobre estrategia militar, las fotos en los destacamentos, etc., no se hicieron esperar. Topic no quedó muy bien librado de esa respuesta y lo único que logró fue la dolorosa comparación.
Otro ejemplo, en mi criterio más preocupante, es la declaración de Fernando Villavicencio sobre el apoyo de la Fuerza Pública a su candidatura, la mención fue realizada en una entrevista difundida en varios medios de comunicación. Quizá no fue su intención, sin embargo, una expresión de esta magnitud permite interpretar que se ha comprometido la integridad política de quienes están llamados a ser guardianes de la democracia. Los mismos que trasladan el material electoral resulta que han comprometido su interés político y el candidato expresamente lo ha manifestado.
Estas expresiones, asociadas a videos de apoyos que ha recibido su candidato Carrillo, exigen, al menos, llamados de alerta de las máximas autoridades del Consejo Nacional Electoral, así como un inmediato pronunciamiento de los responsables del operativo militar y policial a cargo del proceso electoral. No debe quedar la menor duda sobre la integridad del proceso por culpa del desliz de un candidato.
Las expresiones políticas, en el calor de la contienda electoral, deben guardar un cuidado excepcional porque la sensibilidad es extrema y las reacciones suelen escalar en nerviosismos que resultan peligrosos para la democracia. (O)