Las ofertas de campaña son más que simples promesas, son el reflejo de la capacidad de los candidatos para comprender los problemas de la sociedad y ofrecer soluciones concretas. En esta carrera electoral, es imperativo que los candidatos presenten propuestas sólidas y creíbles, demostrando así su compromiso con el bienestar de la nación y su capacidad para llevar a cabo un verdadero cambio.
Según el artículo 97 del Código de la Democracia todos los candidatos a presidente presentarán junto con el formulario de inscripción un plan de trabajo con al menos el siguiente contenido: 1. Diagnóstico de la situación actual; 2. Objetivos generales y específicos; 3. Plan de trabajo plurianual en el que se establecerán las propuestas y estrategias a ejecutarse de resultar electos; y 4. Mecanismos periódicos y públicos de rendición de cuentas de su gestión.
Los ciudadanos debemos revisar a conciencia los planes de gobierno inscritos por los candidatos en el CNE, más allá del cumplimiento de una simple formalidad como requisito, son estos planes sobre los que deberán rendir cuentas durante su gestión. Según la Ley Orgánica de Participación Ciudadana en su artículo 25 los electores podrán revocar democráticamente el mandato a las autoridades de elección popular por incumplimiento de su plan de trabajo, una vez cumplido el primer año de gestión y antes del último. Por ello, el plan de trabajo no es una simple formalidad, se trata de un verdadero compromiso de gestión sobre el que deberán responder a los votantes. (O)