: Aunque fue uno de los primeros en pronunciarse sobre una candidatura a la Presidencia de República, Bolívar Armijos es, según encuestas recientes, uno de los candidatos menos conocidos de la contienda electoral. Participa por el movimiento AMIGO, listas 16.
El presidenciable se ha desenvuelto principalmente como dirigente del sector agropecuario y de las juntas parroquiales del país, es abogado y durante largo tiempo perteneció a las filas de la Revolución Ciudadana.
En 2021, Armijos incluso sonaba como precandidato presidencial por el correísmo, pero finalmente las bases y los dirigentes decidieron optar por la candidatura de Andrés Arauz, hoy vicepresidenciable por la lista 5.
Armijos dice que se separó del correísmo porque un acuerdo con otros partidos políticos terminó dejándolo fuera de la Asamblea Nacional, por lo que en esta ocasión decidió correr por AMIGO, un partido que no tenía candidato propio.
A pesar de que la dirigencia nacional de AMIGO aceptó la candidatura de Armijos, no todas las direcciones provinciales del movimiento respaldan su candidatura, por lo que, en el Azuay, por ejemplo, no tiene candidatos a la Asamblea, aunque la lista 16 sí se haya inscrito.
AMIGO en Azuay firmó una alianza con Centro Democrático y acordó apoyar la candidatura a la Presidencia de la República de Jan Topic, con Raimundo Arpi, dirigente de la transportación, al frente de la nómina de postulantes a la Asamblea Nacional.
Propuestas
El plan de trabajo presentado por AMIGO ante el Consejo Nacional Electoral es el más corto de entre todos los binomios, con apenas 20 páginas en las que se hace énfasis en recuperar la seguridad como principal objetivo.
Recuperaremos la Seguridad con la implementación del “Puño del Pueblo”, estrategia que consta de “cinco dedos”, explica Armijos en el documento, aunque solo se establece cuatro de ellos.
Estos dedos hacen referencia a mejorar la capacidad de combate de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, tratar de persuadir a la delincuencia de abandonar el mundo criminal, penas más severas para los detenidos por actividades ilícitas y educación contra la delincuencia.
Para esto propone triplicar los miembros de Unidades Especiales, quintuplicar los policías que puedan infiltrarse en las bandas, becas para los uniformados que sean heridos “en combate” y no acatar la carta de Derechos Humanos en casos de detenciones.