Así llamábamos y esperábamos la, tan ansiada y ahora añorada, temporada de finalización del bachillerato, los grados y la “fiesta del graduado”, en los pocos salones de eventos de entonces, en la sala de las casas grandes o en toda la casa desocupada para la ocasión y la fiesta se prendía; el brindis, los presentes y las felicitaciones, el convite y el baile desde luego, quizá lo más esperado, ya sea con la orquesta de moda como Los Dinámicos, Sonolux, Pepe Luna o “pepe agujas” las más de las veces, pero fiesta es fiesta.
El lado festivo de la graduación de bachiller no deja de ser un acto iniciático en la medida que marca el inicio de una nueva etapa en la vida y que al mismo tiempo cierra un ciclo evolutivo complejo, dinámico y definitivo en la formación integral. En el brindis, ofrenda y parabienes, generalmente, se destacan los méritos del ofrendado y el triunfo que significan su graduación, se le augura éxito en sus estudios de tercer nivel y un futuro profesional brillante, van de la mano. Una iniciación que implica el rompimiento de la participación familiar en el proceso enseñanza aprendizaje para asumir la total responsabilidad de sus estudios, actos y decisiones; que deja atrás un grupo de compañeros que hicieron camino juntos en la difícil y compleja transición de la niñez a la adolescencia, a la juventud y los primeros amigos, muchas de las veces los amigos de toda la vida; significa emprender un proceso de aprendizaje selectivo en la medida que su carrera universitaria tiene como meta la profesión elegida, muchas de las veces rigurosamente seleccionada, con asesoramiento experto, otras no tanto y muchas veces al azar u obligado por las circunstancias.
Definitivamente, la graduación de bachiller ha forjado una cultura festiva que se repite anualmente, en una misma época, con una misma motivación, con idénticos actores y cada vez más compleja también, como ahora, por la creciente dificultad de acceder a la universidad y con la desocupación en el horizonte, situación que crea un estado de soledad y desolación que puede empañar la euforia de la recién graduado. (O)
