Nuevamente la Democracia nos convoca a ir a las ánforas con un voto del cual no sabemos qué destino tendremos, tal vez surgirán dudas luego del conteo, se producirá un apagón en las computadoras del CNE, se marcará incertidumbre. Este suigéneris proceso como resultado de la muerte cruzada empleada por el Presidente Lasso en un país ingobernable, saturado de turbulencia, crimen, amenazas, desempleo, hambre, ausencia de servicios de salud, frecuentes escándalos con la seguridad social como fruto del manejo político y grotesco de parte de quienes han dirigido al Ecuador y sus compinches de turno. Justicia no ciega frente a la liberación de quienes han infringido la ley y han resultado capturados por una policía sin armas, sin chalecos y al final, liberados por jueces que provocan dudas en el ciudadano común que habla de impunidad, de alimentar al pueblo con frecuentes escándalos que llenan las redes sociales, y otras formas de comunicación pública. Un mundo de candidatos en un país pequeño, que una vez más serán engañados por falsedades de campañas que se traducen en mentiras de gobierno populista, gestor de alimentar la fuga de emigrantes a buscar mejor suerte que en su lugar natal, más hambre, atraco, inestabilidad a todo nivel. Mientras tanto, el ganador satura de burocracia y muchas veces innecesaria que colma los espacios de poder ganando adeptos ciegos al líder o cacique del partido, gestor de falsas expectativas en el país en donde el charlatán triunfa, el tuerto es el rey entre los ciegos y no existe una continuidad entre el saliente y el nuevo, que quiere inventar el agua tibia, sin respeto por el pueblo, por aquel que es buscado para pedir el voto. Yo te ofrezco y busca quien te dé.
Quién será el partido o movimiento político que disponga de un plan de gobierno serio, aplicable, honesto, en donde los beneficiarios sean los ecuatorianos y no círculos oligopólicos. Que la selección haga la mejor elección, porque el Ecuador es nuestro. (O)