Mirar la campaña de los candidatos a la Asamblea Nacional, es encontrar una lamentable lista de afines a la hiper-normatividad en el Ecuador. A la regulación para todo.
Dicen los candidatos asambleístas, que hace falta ley para la seguridad, otra para el empleo, de una vez para la corrupción, y una más para la salud. Es una vergüenza. La propuesta de un asambleísta serio, no puede ser la de sumatoria legal. Con sensatez, ¿hay algún candidato a asambleísta que proponga eliminar tanta legislación agobiante e inútil que tiene el Ecuador?
Es lamentable el nivel de debate legislativo. En el Ecuador hay una regulación para cada cosa y por todo. De hecho, en cada órgano o entidad pública, lo primero que se hace es la norma. Mucho mejor si es para obstruir la prestación de un servicio público o para lograr que el funcionario de escritorio, no tenga nada que hacer. Evitar la fatiga.
A nivel de normas con rango de ley, la legislación es abundante y asfixiante. Las universidades, los emprendedores, los trabajadores, los profesores, el ciudadano de a pie en un trámite público, los jueces y notarios, los médicos, arquitectos, ingenieros, psicólogos y periodistas, tienen hasta la saciedad disposiciones normativas. Hay una hiper-regulación. Una hiper-normatividad que no entregan más derechos y buen vivir a la gente, al contrario, propugnan oscuridad y dificultad; causa de la ausencia de efectividad de la administración pública.
Y no es necesario una norma para todo. Hay que tener cultura jurídica y respetar a la Constitución. Aprendamos. La Constitución de la República dispone expresamente que ella (sus derechos, garantías, principios y reglas) son de directa e inmediata aplicación, por y ante cualquier servidor público o judicial; entonces, no hace falta la Ley para reclamar y hacer valer los derechos, tan solo, aplicar ajustada, rigurosa y debidamente la Constitución.
Pero los candidatos a asambleístas están pensando que hacen falta más leyes en el país de la asfixia normativa. Yo, personalmente, votaré por quienes ofrezcan suprimir tanta ley inservible, anacrónica y obstruccionista.
