Santiago de Chile.- Fiel escudero del presidente chileno, Gabriel Boric, desde las protestas estudiantiles de hace más de una década y símbolo de una nueva generación política, el ministro de Desarrollo Social, Giorgio Jackson, renunció este viernes tras semanas de presiones por parte de la oposición.
Con una de las carreras más prometedoras de la política chilena, Jackson dio un paso al lado, acorralado por una trama de supuestas irregularidades en el traspaso de subvenciones públicas a fundaciones ligadas a Revolución Democrática (RD), el partido que fundó en 2012 y que hoy en día forma parte de la coalición gubernamental.
«Trabajar bajo su mandato ha sido el honor más grande de mi vida (…) Quiero dejarle claro, presidente, que mi compromiso y lealtad hacia usted y el proyecto de Gobierno que lidera se mantienen intactas», escribió Jackson en la misiva en la que presentó su renuncia.
«DUPLA INSEPARABLE»
Su salida es probablemente el mayor golpe que ha recibido Boric desde que llegó al poder en marzo de 2022 y representa una dura derrota para una generación política que irrumpió en las masivas protestas de 2011 a favor de una educación pública gratuita y de calidad.
«Para Boric, Jackson es su socio principal, son una dupla inseparable. Se tienen mucho cariño y han hecho este camino juntos», explicó a EFE el exdiputado y analista político, Pepe Auth.
«Son como hermanos y para el presidente Boric, que siente que el haber llegado a La Moneda es un proyecto muy colectivo, va a ser muy raro no tenerle en el Gobierno», dijo por su parte a EFE Sofía Donoso, investigadora del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES).
Nacido en la ciudad costera de Viña del Mar en 1987, Jackson saltó a la primera línea política como presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica de Chile (FEUC) y como vocero de la Confederación de Estudiantes de Chile (CONFECH) durante las marchas que pusieron contra las cuerdas al primer Gobierno del expresidente conservador Sebastián Piñera (2010-2014).
Jackson, según Donoso, «fue fundamental para llegar a un público más amplio y legitimar el movimiento estudiantil en la opinión pública» porque era más moderado que otros líderes y provenía de la Universidad Católica, de corte conservador.
En 2014, entró en la Cámara de Diputados, junto a Boric y la actual vocera del Gobierno, Camila Vallejo, también ex líder estudiantil, y los tres fueron reelegidos en 2018.
Fue uno de los fundadores en 2017 del Frente Amplio, la coalición que aglutina a pequeños partidos de izquierda y con la que Boric ganó las elecciones contra el ultraderechista José Antonio Kast.
«CANDIDATO NATURAL A LA MONEDA»
Menos beligerante que Boric y de formas más mesuradas, Jackson era el «candidato natural» para La Moneda, pero no cumplía con la edad mínima para presentarse a las elecciones, apuntó Donoso.
«Es muy joven y seguramente está experiencia le ayudará a volver más tarde a retomar una carrera que comenzó brillante y lo llevó a ser el diputado más votado de Chile en 2017», añadió Auth.
Era ministerio de Desarrollo Social desde el pasado septiembre, cuando fue removido de la Secretaría General de la Presidencia -encargada de las relaciones con el Parlamento- en la remodelación que acometió Boric tras el fracaso de la propuesta de nueva Constitución en el plebiscito.
Pese a su fama de dialogante y buen negociador, Jackson se fraguó enemigos en distintas bancadas -incluida la centro izquierda- y no consiguió reunir los apoyos suficientes en el Parlamento para sacar adelante algunas de las reformas prioritarias del Gobierno.
Su figura se fue debilitando hasta que se vio atrapado por el llamado «Caso Convenios», una trama que estalló en junio sobre supuestas irregularidades en el traspaso de subvenciones públicas a distintas fundaciones, algunas de ellas ligadas a militantes de su partido (RD).
«Desde sectores de la oposición, han incurrido en mentiras, injurias y calumnias sin presentar absolutamente ninguna prueba que me vincule a ningún delito», aseguró Jackson en la misiva.
La oposición de derecha, que había amenazado incluso con iniciar un juicio político en su contra, llevaba semanas pidiendo su renuncia y había supeditado la negociación de un nuevo pacto fiscal y una reforma de pensiones a la salida del ya exministro.
Boric, que no compareció en rueda de prensa y solo se manifestó por Twitter, dijo que la renuncia de Jackson es «un gesto de generosidad» y que espera «que ayude a mejorar el clima político y avanzar en las reformas». EFE