Ciencia y poder

Desde hace miles de millones de años, los microorganismos trabajan para el ser humano, en su entorno natural o en su propio cuerpo, como en el caso de la flora intestinal. En la actualidad, consiste en que el hombre dirige el trabajo de esos microorganismos, y se ha dotado de tecnología. Los países que controlan estas fuerzas diabólicas o divinas según la utilización que se les dé, podrán asegurarse el bienestar, la paz… Los marginados del progreso recibirán las ventajas de ellas según la generosidad de los países dotados de la ingeniería genética, o soportaremos las desventajas que impongan los manipuladores.

En la actualidad la manipulación genética se lo utiliza en las raíces de ciertos vegetales, con nuevas bacterias, que les permitan obtener nitrógeno del aire por sí mismas y prescindir de los caros fertilizantes nitrogenados. En cuanto a energía ya se produce metano a partir de la fermentación de desechos orgánicos o vegetales, pero se puede producir hidrogeno mediante microrganismos manipulados genéticamente como en el caso de ciertas algas. Se crean bacterias “amaestradas” que transformaran ciertas materias primas sin extraerlas de su sitio original, como ya ocurre en Canadá en un yacimiento de uranio. Hay un ejército de bacterias que transforman los desechos industriales o agrícolas, que luchan contra la contaminación ambiental, como en el caso de bacterias devoradoras de hidrocarburos. El mundo tiene nuevas vías:

 Creo que el poder debe escuchar un poco más a las UNIVERSIDADES, al conocimiento, pero de ninguna manera se trata de que las Universidades tomen el poder. No hay porque atribuir «posibilidades milagrosas «pues la ciencia tiene dos caras que son armas de doble filo: o noches negras o amaneceres radiantes. Analice (O)

CMV

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.

Publicaciones relacionadas

Mira también
Cerrar
Botón volver arriba