Daniel Noboa Azín el candidato que pasó a la segunda vuelta, hizo que mucha gente pierda apuestas. Vino silenciosamente desde abajo, pero la pésima organización del debate, en el cual no le dejaron participar a Cristian Zurita por culpa del fétido CNE, catapultó a un hombre bien preparado y sereno, a la presidencia de la república.
A él le sobran méritos, y el próximo tiempo de campaña le permitirá exponer algunas ideas para restablecer la paz en el Ecuador. Por ejemplo, ya suena fuertemente la posibilidad de una convocatoria al pueblo ecuatoriano para cambiar la Constitución de Montecristi y mandar al tacho todo este andamiaje de corrupción presente en el CPCCS, la denigrante función electoral, y varias entidades de control.
Al proyecto de Noboa se le van a sumar fuerzas políticas antagónicas al correismo que llegó al techo de 33% básicamente por la votación de la costa, en especial del pueblo manabita en donde el prefecto Leonardo Orlando volcó todo el aparataje del gobierno provincial, al servicio de los candidatos de la RC.
No sorprende que en la provincia de Orellana en donde está el bloque del Yasuní haya ganado el NO en la consulta popular, demostrando así a la Corte Constitucional (CC) que el proyecto de dejar en el subsuelo el petróleo es una de las grandes barbaridades cuyo costo para el Ecuador será brutal.
A los dueños del espacio del Yasuní no les conviene que termine el trabajo de EP Petroecuador que les da fuentes de empleo y ayuda a crecer a sus familias. ¿No era más lógico hacer la pregunta solo a los habitantes de la zona, como fue el caso del Chocó Andino?
Los perdedores de estas elecciones, a parte de Yaku, Armijos y Hervas, son Virgilio Saquicela a quien aplastaron en La Troncal; Esteban Torres a quien le dijeron sus coterráneos “chao baby”; y en especial al “guacharnaco” Almeida cuya no entrada a la Asamblea Nacional, es un buen paliativo para la cultura estomacal de este país.
Hubo votos para muchos de los candidatos correistas de la ex Asamblea, para permitirles regresar a calentar el puesto y maniatar al país, dejando claro la poca cultura política de los ecuatorianos.
Al CNE fiel a su tradición de entidad de dudosa reputación, le fue muy mal en el voto telemático. Simplemente se produjo un jackeo estrepitoso para la población votante del exterior. Mal síntoma, pésimo antecedente para la segunda vuelta cuando el fantasma del “apagón’’ ya ronda en el pensamiento de los ecuatorianos.
Los “guerreros digitales” empezaron con los trolles, las calumnias, la desacreditación al candidato Noboa. Y no descansarán porque su obsesión de regresar para convertir al Ecuador en una segunda Venezuela está mas latente que nunca. Cuidado. (O)