En transición de un régimen a otro o más de lo mismo, con apremio que esta elección será la última, desde la urnas, de arreglar la situación de violencia generalizada, desempleo y abandono de autoridades del estado a la inseguridad que nos ha conducido a una realidad del miedo, como en el limbo esperando el pueblo que se rediman los políticos, por si solos, sin embargo vemos detenido al estado en muerte cruzada, sin asamblea con un ejecutivo abrumado en responsabilidades, sin capacidad de control de la criminalidad desde las bases en los centros de detención, mientras la judicatura en entredicho con la corte de justicia y el consejo de participación ciudadana con veedurías a la corte constitucional. ¡Qué tal!
Todos con ansias de incrementar poder ¿para qué? sin unir esfuerzos ante la gravedad de fechorías que conmueven a la nación, nos muestra que cualquier cambio para bien del ecuador, solo vendrá desde el pueblo en paz como su esencia, a través de la expresión en las elecciones de octubre, que serán las que motiven a un liderazgo claro y con objetivos de reunificación nacional, ante la amenaza del sicariato. La fuerza del mensaje de las votaciones removerá a los entes políticos desde sus estructuras partidarias, tomando en cuenta que los devaneos de creer que la persona per se es la indispensable, así sea de presidente/a, sin responder a una coherencia ideológica que la identifique, tarde o temprano termina con el rechazo popular, como en resultados de primera vuelta castigando a los turistas de partidos en extinción.
Cuidado que el votante incluso de manera individual hace tendencia, para favorecer a los finalistas, que deberán ser consecuentes con sus postulados al servicio de las mayorías., que parece no muestran interés de los actos públicos, según análisis clásicos, desmentidos, con la atención del debate a la que accedieron más personas que a la inauguración del mundial de futbol, en el que intervenía ecuador. Sobre todo, jóvenes. No será una reedición de lo que paso con algunos intelectuales luego de la caída del muro de Berlín, que expresaban con angustia. “cuando sabia las respuestas nos cambiaron las preguntas”. (O)