En América Latina, el 20% de niñas y adolescentes están casadas (donde es legal) o están unidas con parejas comúnmente mayores a ellas. Esto según las cifras que maneja la Red Global Niñas No Esposas.
El problema no sólo radica en que estas niñas y adolescentes se ven sometidas a asumir responsabilidades para las cuales no están preparadas física ni emocionalmente, como ser madres, cuidar de un hogar, trabajar para sostener una familia entre otros.
Se ha comprobado que estas uniones tempranas son resultado de negociaciones entre las familias, lo cual convierte a niñas y adolescentes en mercancía para beneficio de sus padres, que sumado a las tareas que deben asumir, se entiende como una figura clara de esclavitud moderna.
En Ecuador está es una situación constante, especialmente en zonas rurales de costa y Amazonia, en donde niñas y adolescentes no son protegidas ni por sus familias peor por un Estado más ausente que nunca. La próxima vez que sepa que una niña o adolescente está “emparejada” preocúpese por las razones de este hecho en lugar de extender las felicitaciones a los padres. (O)
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