Comunidad, el término en sí, hace referencia a un grupo de personas. Según la Real Academia Española es: “conjunto de personas de un pueblo, región o nación.” Y entonces, se complica aún más. Deberíamos entrar a qué es pueblo, cómo se limita una región, y cuáles son los aspectos, incluso políticos, de una nación. Desde la cultura, una comunidad se delimita por rasgos o elementos comunes de idioma, costumbres, ubicación geográfica y otros. Pero hubo una definición sencilla que encontré en Oxford Languages (editorial que dice describir las palabras en su diccionario acorde a su uso real), y menciona que comunidad es el 1. Conjunto de personas que viven juntas bajo ciertas reglas o que tienen los mismos intereses; y 2. Grupo social del que forma parte una persona.
Por lo tanto, comunidad se nos da por dónde vivimos, pero también carga con la elección de a dónde quiero pertenecer. Las amistades de las que nos rodeamos no fueron impuestas cuando nos conocimos. La familia en la que nacimos sí. En ambas situaciones, tenemos comunidad. Podríamos también hablar de ´subcomunidades´ que se van haciendo al asentar los valores en común, compartir ideologías, acompañar en las actividades y festividades, entre otras. En un artículo que escribí “ResponsabilizARTE,” mencionaba que tendemos a creernos dueños de ciertos componentes culturales y sin darnos cuenta hacemos identidad y generamos la herencia para otras generaciones. Algo similar ocurre con la comunidad. ¿Qué hacemos para dejar huella en la transmisión de nuestra comunidad?
Es indiferente si elegimos al grupo socioeconómico más cercano, a la comunidad de nuestro barrio, a la comunidad familiar, o incluso a una comunidad lejana, pero a la cual identificamos para que de alguna manera sea parte de nuestras vidas. Lo significativo es que seamos parte de ese grupo conscientemente, valorando lo que recibimos, pero sobre todo aportando con enseñanzas, promoviendo valores y costumbres favorables hacia enaltecer a nuestros compañeros, generar conversaciones inteligentes y salir del chisme y la crítica destructiva, colaborar con los proyectos que surgen del grupo, acompañar también en los momentos difíciles. Una noble acción, aporta más que una suma de dinero. Hagamos experiencias sentidas para engrandecer nuestra comunidad. (O)