El acto de la lectura es generalmente individual, privado, cada persona lo realiza a su ritmo y manera, se apropia de la historia o se deja conducir por el deleite de lo escrito. Cada quien hace su propio repaso, saca sus conclusiones de lo narrado.
Pero existen otras posibilidades de acercarse a los libros, que proporcionan gratificaciones enormes, como la lectura en voz alta, con la que a la mayoría nos contaron los primeros cuentos y a algunos los últimos de su vida. O la lectura colectiva que se produce en el compartir de un Club del Libro, cuando cada integrante aporta su mirada, sus sensaciones, contribuye a escudriñar en los intersticios que no se percibieron, encontrar otros mensajes e incluso releer a través de la comprensión de otra persona.
Lean, comenten, recomienden libros, regálenlos, compartan con humildad sus sensaciones, lean también en voz alta, en compañía y ojalá como yo encuentren amistades para toda la vida.
De la manera que sea, seguro con un libro ocurrirá la magia. (O)