La alteración climática que se ha sentido con mayor fuerza en el presente año ya pasa factura en la agricultura y la ganadería.
Las altas temperaturas durante el día y frecuentes heladas en horas de la noche y madrugada, han dañado los pastizales y los terrenos de las zonas rurales de Cuenca.
Una de ellas es la comuna Chilcachapar, en la parroquia Tarqui, 20 kilómetros al sur de Cuenca. Aquí, aunque sus habitantes lidian de manera frecuente con la falta del líquido vital, falta de alcantarillado y de riego, el estiaje solo ha agravado esta situación.
Manuel Gallegos, presidente de la comunidad, contó que la mayoría vive de la ganadería y de la agricultura. “Ahora estamos esperando la voluntad de Dios para ver si nos abastecemos de agua”, señaló.
Con el agua lluvia no solo se beneficia la tierra en Chilcachapar, también sus habitantes quienes la usan para quehaceres cotidianos como lavar la ropa. Hoy, los tanques de reserva del líquido están vacíos.
Carece de hierba de calidad para alimentar al ganado. Esto ha provocado que de los 30 litros diarios de leche que él solía vender, hoy apenas llega a 15. Con eso no le alcanza para abastecer sus necesidades.
Pese a ello, Patricio Pucha, mantiene la fe. Él también vive en esta comuna, y aunque el clima no ayuda, decidió sembrar maíz.
Bajo un intenso sol, con ayuda de familiares, decidió sembrar a la espera de que en los próximos días mejore el clima.
Mientras regaba el abono, comentó que la agricultura es un apoyo para sus vidas. Ya no viven de la agricultura, por eso debe salir a la ciudad trabajar en lo que puedan y así sostener a sus familias.
Agua
A escasos seis kilómetros de esta comuna, está Morascalle, otras de las zonas ganaderas y agrícolas de Tarqui.
Aquí, sus habitantes cuentan con un sistema propio de agua que les permite subsistir en época de sequía “sin este sistema, tuviéramos verdaderos problemas”, señaló Mateo Nivicela, presidente de la comuna.
Pese a ello, Luis Vele, otro de los residentes de Morascalle, se mostró preocupado porque su ganado ya no tiene pasto de calidad y no han podido sembrar lo que tenía previsto.
Barabón
Mientras tanto, en Barabón también ya se siente el estiaje con más fuerza. La agroproductora, Vilma Montaleza, contó a El Mercurio que el bajo caudal de río Yanuncay no les permite regar sus huertos con normalidad.
Por ahora lo hacen con agua entubada; no obstante, esto no abastece a todo el sector.
Con esto, la producción de entre 25 y 30 familias de productores de hortalizas se ha visto afectada.
Provincia
Freddy Macas, de la Organización Jóvenes Emprendedores de Peñas Blancas, en San José de Raranga, cantón Sígsig, detalló que la principal afectación se evidencia en la producción ganadera.
Unas 200 familias han visto trastocada su producción de leche. Cerca de 11.000 litros diarios que se distribuían, se han reducido un 25 a 30 %.
A más de la falta de agua, no hay más terrenos para arrendar y dar de comer a los animales. Esto debido a las heladas “que queman la hierba”.
Alternativas
Galo Zhagui, presidente de la Junta Parroquial de Tarqui, señaló que las llanuras se han visto afectadas por las heladas.
En total, de un 80 a un 90 % de los pastizales se han dañado.
Además, se vieron afectados los huertos de las familias.
Por ahora, ante la petición de los dirigentes de las 26 comunidades, acuden con tanqueros para abastecer con agua sus reservorios, pero esto no es suficiente, aseguró.
Para tomar acciones ante esta crisis, se reunirán mañana para tomar medidas, pues sin recursos no pueden actuar. Entre las alternativas previstas, consta el comprar guineo de rechazo de la parte oriental y de la Costa.
Este medio pidió información sobre planes previstos o ejecutados por el Ministerio de Agricultura de la Zona 6, pero hasta el cierre de este edición no se obtuvo respuesta. (FCS)-(I)
“Sequedad complica a ganadería”
Andrés Arciniegas, docente de la Escuela de Agronomía de la Universidad de Cuenca, advirtió que las sequías solo sacan a flote el verdadero problema agrícola en Azuay: su poca capacidad productiva.
A eso agregó que la falta de infraestructura ecológica, social y productiva no permiten mitigar el impacto de la sequía. Y tampoco permite adaptarse a otro clima que ya existe.
Arciniegas explicó que las olas de heladas y la sequía son los dos factores que comprometen alimentos importantes como el maíz y la papa.
Además, dijo que el ciclo del agua se ha alterado con suelos compactos, secos y mal manejados “por la mala agricultura que tenemos”.
Así, al perder productos, “comenzamos a depender de la producción agrícola de otras provincias”.
Asimismo, opinó que la ganadería se complica por la sequedad de los suelos, la pérdida de densidad aparente, alteraciones en las praderas, pérdida de biodiversidad y de vegetales.
“Ahora hablamos de tres a cinco variedades de pasto que algunos ganaderos tienen… Pero deberíamos tener más y consolidar el proceso ganadero de instalación de praderas y la agroforestería, implementada (hoy) por pocos”.
Otro de los aspectos que apuntó como parte del problema, es la falta de variedad de vegetales en las huertas y en las chacras.
Dijo que se ha dejado de consumir gran parte de las hortalizas andinas como la zanahoria blanca, la jícama, el camote, la mashua y la oca cuyo sabor pocos conocen.
Este tipo de plantas, observó el agrónomo, se adaptan a períodos de tiempo en los que el factor climático provoca sequías.
Además, la agroforestería no solo debe implementarse de manera urgente en la zona rural, también en el área urbana para tener alimentos de mucha mas cercanía. (I)
Incendios más frecuentes y severos
Según el Plan Nacional de Sequías, en los últimos años los incendios forestales se dan con mayor periodicidad e intensidad como consecuencia del cambio climático.
Períodos de sequía extendidos, veranos más intensos, épocas con mayores vientos, pérdida de humedad relativa producto de la radiación solar están produciendo incendios forestales más frecuentes y severos.
Entre 2012 y 2019, más del 80 % de incendios forestales que ocurrieron en el Ecuador se dieron en la Región Sierra. Un 18 % en la Costa y menos del 2 % en la Amazonía y en la Región Insular.
Según datos de Secretaria Nacional de Gestión de Riesgos, en el 2020 se contabilizaron 2.336 incendios forestales afectando a un total de 27.904,91 hectáreas.
En Loja se quemaron 6.024 hectáreas; en Pichincha, 4.220; y, en Azuay 3.177,53. Estas fueron las provincias con más áreas quemadas, afectando a la diversidad de importantes ecosistemas naturales y a la productividad de zonas agrícolas.
En Cuenca, entre el 16 y 17 de septiembre, se registraron 30 incendios forestales simultáneos en 11 parroquias rurales, reportó el Cuerpo de Bomberos de la localidad. (I)
CIFRAS
2
ríos, el Tomebamba y el Yanuncay, siguen en estado de crítico o de estiaje debido a su bajo caudal.
29
grados Celsius es la máxima temperatura que se tenía previsto alcanzar el sábado anterior en la ciudad.
40
días sin lluvias considerables se contabilizan hasta hoy en la ciudad. ETAPA EP proyecta poca probabilidad de lluvia hasta el miércoles.
43
días es el tiempo más largo sin lluvia que se ha registrado en la ciudad, según datos de la empresa ETAPA EP
EL DATO
- El caudal promedio de este año ha disminuido considerablemente respecto a años anteriores. En lo que va del mes la tendencia de los caudales es decreciente.