La necesidad de formarse

Gerardo Maldonado Zeas

Estamos en la línea del cambio a un modelo en donde la tecnología de información juega el mejor papel. Maestrías, carreras de tercer nivel, tecnologías de 2 años que conceden títulos que sirven para hacer carrera en el sector público y privado ofrecidas con el aval de la SENESCYT.

Uno de los orígenes de la educación a distancia “fue la enseñanza por correspondencia, creada a finales del siglo XIX en la Universidad de Lund en Suecia”. Mediante este sistema se entregaban cartas por el tradicional correo físico, para que profesores y estudiantes no pierdan el contacto, y sigan la malla curricular de ciertas materias y aprendan sobre administración, economía y ciencias exactas.

Estudiar es fundamental, no solamente por la necesidad de mejorar el nivel de formación o aspirar a un mejor sueldo, sino porque le permite a la gente “abrir la cabeza” para entender los cambios radicales producidos en el entorno de las empresas y nivel global entre los países.

Veo con optimismo en muchas entidades en la cuales tomo contacto, como los jóvenes van adquiriendo la buena costumbre para estudiar en sus horas libres, buscan financiamiento de la empresa o hacen un esfuerzo de su parte para financiarse, ahora que es posible acceder a una maestría de menara online en un año. También las empresas trabajan en sus políticas internas, para conceder créditos de apoyo, sin pago de intereses, a que sus funcionarios mejoren sus niveles de educación.

En las industrias, por ejemplo, en las cuales se trabajan con turnos, la modalidad de los cuatro equipos ayuda a que la gente pueda estudiar con tranquilidad. Hace pocos días diseñábamos con un equipo gerencial un marco referencial para formación de personas que tienen libre ocho horas o más en el día, quienes trabajan de 6:00 a.m. a 2:00 pm, o de 2:00 p.m. a 10:00 p.m. por ejemplo.

A propósito de este tema, recuerdo con mucha nostalgia, a las empresas Continental  General Tire (1993-1996) y Fibroacero (1998-2002) en las cuales cumplí labores gerenciales, cuando con algunos funcionarios creamos el programa de bachillerato para los trabajadores, con clases, en ese tiempo presenciales los fines de semana, logrando un éxito inusitado y de impacto en la sociedad, de tal manera que en la fiestas de noviembre la Municipalidad de Cuenca otorgó un premio especial a Fibroacero por sus contribución al desarrollo de personal de sus trabajadores.

Esta política debería ser emulada por el Estado a fin de que los funcionarios reciban una formación integral a cambio de mejoras no solamente en los salarios sino en su desarrollo hacia niveles más altos o para integrarse a otras áreas, que en si fundamentan el crecimiento integral de la persona para cumplir con los planes de carrera. (O)