¿Cómo celebrar nuestra Independencia cuando nuestras fuentes de agua están en peligro? ¿De qué Independencia estamos hablando cuando el Gobierno es promotor de políticas extractivistas mineras y favorece la minería en nuestros cerros? ¿Cómo hacerlo cuando nuestra autonomía y naturaleza están amenazadas por un macabro centralismo? ¿Cómo es posible que la minera Dundee Precious Metals siga realizando actividades en Quimsacocha si el proyecto fue suspendido por orden judicial? ¿Dónde están las autoridades que defiendan las decisiones tomadas por el pueblo? ¿Por qué permiten que esta empresa se infiltre en las comunidades entregando insultantes dádivas a sus pobladores, aprovechando su pobreza y sus difíciles condiciones de vida? ¿No es acaso responsabilidad de los gobiernos parroquiales, cantonales y de las autoridades provinciales atender las urgentes necesidades de los sectores rurales y de las comunidades campesinas asentadas en las zonas aledañas a este proyecto? ¿Cómo no podrían ser presa fácil de la engañosa propaganda de los intereses mineros cuando sus necesidades básicas no están resueltas? En tiempos marcados por la muerte y la violencia, nuestra única posibilidad de sentirnos y vivir como un pueblo libre, soberano e independiente es defendiendo la vida y el agua es la vida, es la fuente de nuestra existencia y la de todos los seres con quienes compartimos el planeta, nuestra Casa común. (O)
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