David Sarmiento regresó a las pistas hace ocho semanas, tras recuperarse de una fractura en su clavícula derecha. El patinador cuencano registró una fuerte caída en el primer día de competencias del Campeonato Mundial de la disciplina, disputado este año en Italia.
Ahora se enfoca en cerrar bien el 2023, puesto que está cerca de culminar sus estudios en la carrera de Administración de Empresas, en la Universidad del Azuay (UDA).
En esta misma casa de estudios, ‘Centavo’ se desempeña como dirigente estudiantil. Él es el actual presidente de la Asociación Deportiva Estudiantil de la Universidad del Azuay (ADEUDA). En este cargo tiene en la mira algunos proyectos como una carrera atlética denominada 5K y programada para el 17 de diciembre, entre otros.
Sarmiento tiene copado su tiempo entre sus entrenamientos, tareas y diligencias en la ADEUDA. No obstante, se siente capaz de afrontar retos en esos tres frentes.
“Ya está soldada mi clavícula, me muero por estar en la pista nuevamente (sonríe). El Mundial dura ocho días y en la primera competencia (10.000 m combinada pista) tuve una caída fuerte; producto de ello mi clavícula se partió en tres partes, me pusieron una placa con seis clavos y 12 puntos. Me operaron luego de dos días de la caída, porque el seguro no se activaba. El Mundial lo vi por teléfono”. Ese recuerdo del accidente lo tiene grabado en su mente.
Tras su infortunio en suelo italiano, retornó a la ciudad y de inmediato se puso sus patines. No podía estar un día más sin practicar este deporte, el cual le ha dado muchos logros.
Una de las formadoras de David es la entrenadora azuaya Gabriela Cavalieri, quien lo califica como deportista dedicado y motivador para las futuras generaciones del patinaje.
El criterio de la profesional es de admiración.
“Siempre está preocupado por sus compañeros. Es uno de los que más contagia de alegría al grupo. También da prioridad a sus estudios; no descuida nada en ningún ámbito. Ha superado su lesión y eso motiva”.
A pesar de que su recuperación estaba para más tiempo, David procuró que este periodo se acorte con el objetivo de presentarse el próximo 23 de noviembre al primer ranking de la temporada 2024, en Guayaquil.
Para el fondista de 23 años, el patinaje es su pasión. “Tengo dos fracturas en mi clavícula derecha y una en la izquierda. También me he fracturado la muñeca y la mano. Son cosas que pasan en este mundo, a pesar de ello uno no puede estar sin entrenar; esto es mi vida”. Su entrenador directo es el argentino Rubén Martínez.
Estudiante y dirigente
Su rutina diaria empieza a las 06:00. Su primera actividad es de asistir a las clases. Una vez que cumple este horario, revisa sus tareas en la Asociación y después de almorzar asiste a sus sesiones de entrenamiento (bicicleta o gimnasio).
Tras concretar su agenda de la mañana y tarde, llega la hora de patinar para David, desde las 19:00 a 21:00. En su casa realiza deberes y su jornada termina a las 23:00.
“Soy bien disciplinado en mis actividades, gracias a ello he podido combinar las tres labores. Cuando tengo un tiempo libre, lo utilizo para descansar un poco. Me he acostumbrado a este ritmo y tengo que cumplir con mis objetivos. Actualmente, también estoy haciendo mi tesis, pero divido mi tiempo bien”.
Para el cuencano, el patinaje no lo cambia por otro deporte. Confirmó que cada año sus marcas van mejorando y mantiene la ilusión de conseguir el título mundial en la élite. Se siente mejor que nunca. Entre sus metas está el conseguir un masterado en gerencia deportiva y mantenerse inmiscuido en este ámbito.