TRAS EL BOTIN

                                                                

                                                                      

Cuando los barcos de corsarios y piratas surcaban los mares, hace muchos años, atacaban a otras embarcaciones o a poblaciones porteñas, en busca de oro, riquezas y armas. Las ganancias obtenidas eran consideradas un “botín” de guerra y, en ocasiones, para no arriesgar esta pertenencia, las escondían temporalmente en parajes recónditos de ultramar, señalados más tarde en mapas que eran celosamente guardados, como verdaderos tesoros.

No sé exactamente porqué, pero estas reuniones que mantienen los diferentes bloques legislativos, previas a la instalación de la Asamblea Nacional en los próximos días, y con las excepciones de rigor, me han recordado las velas hinchadas de aquellas naves antiguas, sus cañones y sus “botines” de guerra, cuyo “reparto”, en no pocas ocasiones, producía más desastres que las acciones bélicas para obtenerlos. Y no cabe pensar de otra manera, cuando las conversaciones no giran alrededor de una media docena de puntos, que permitan el control de los nudos críticos por los que atraviesa el país, sino que se centran en destituir a la Fiscal Diana Salazar, gracias a las conveniencias de una bancada perfectamente identificada. En otras palabras, los problemas de seguridad, la crisis fiscal, la corrupción, repetidas hasta el cansancio en las tarimas electorales de ayer nomás, son borradas de ciertas agendas parlamentarias, dando paso al rencor y a la venganza política que no perdonan las actuaciones de la Fiscalía que mantienen a varios delincuentes por los techos.

Y hablando de cañones, la otra Diana, la presidenta del CNE, ha enfilado sus cañones contra el periodista Roberto Aguilar, acusándolo por violencia política de género, gracias a un comentario de Aguilar sobre la inacción de Atamaint frente a manifiestas infracciones electorales del correismo en las últimas elecciones. Bien haría la señora Atamaint en explicar y aclarar los cuestionamientos evidentes que plantea el periodista en su artículo de opinión, como la presencia de las imágenes de un prófugo de la justicia en la propaganda electoral por ejemplo, y no ponerse bravísima, ante tan serias como fundamentadas acusaciones. 

CMV

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.

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