“Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a amargas dificultades…” Con esta expresión, Cervantes dotó a su héroe de la mejor salida posible ante los indolentes conflictos de la vida. El tiempo, dijo el Quijote, sería el mejor juez.
Todavía se escriben líneas sobre la presencia política de Guillermo Lasso en el país. En estas horas el equipo del exmandatario estará pendiente, ante un juicio político reactivado luego de permanecer en el silencio de los archivos por seis meses, Sin embargo, para aquel asambleísta cuyo trabajo se vio interrumpido por la Muerte Cruzada, o para el ciudadano que ha visto disminuidas sus oportunidades, que ha llorado la migración de sus hijos, o que no consigue tratamiento para sus dolencias, quizá la sanción moral que pueda venir como resultado de la reinstalación del proceso represente una forma de “justicia”. Será el tiempo que determine si esta fue o no la salida.
No se sabe el destino de la Vicepresidenta Abad, como “agente por la paz” en Israel. Es evidente que no firmó para una comisión de este nivel y menos bajo estas circunstancias. Los errores de Verónica Abad y los desacuerdos con su binomio le llevan a sostener una contienda sin cuartel ni vislumbres de tregua. Será el tiempo quién dirá si fue una decisión acertada la de Noboa, e igualmente, si fue correcto para Abad emprender el viaje.
Mientras tanto la amarga dificultad que vive el Ecuador ante la más profunda crisis enfrentada, en opinión del actual ministro de economía, da cuenta de un escenario de profunda inestabilidad. Se ha pedido arrimar el hombro ante un proyecto de ley que a partir de beneficios tributarios y otros recursos similares consiga al menos un poco más de 900 millones de dólares para las arcas fiscales durante 2024. Será el tiempo, el mejor juez, que consiga afianzar si al final esta fue una dulce salida ante la amarga dificultad.