Ahora busca ser envidiado por los bienes tangibles o intangibles que, por cualquier medio, se ha llegado a poseer. Antes la gente rica o prestigiosa vivía de modo austero y, por decoro y modestia, evitaba presumir de sus valores materiales, intelectuales, profesionales o humanos. Ahora no, todo lo contrario, la codicia lleva a la ostentación; gentes sin clase, desconocen los modos de ser elegante y decente y hacen desvergonzada y ridícula ostentación de lo que mediante buenas o malas artes han logrado atesorar. No sin motivo se ha categorizado como “nuevos ricos” a esos “pobres ricos” carentes de decencia y verdadero valor como personas.
Esta es una época de codicia imponderable, desvergonzada e incontrolable. No importa cuánto las personas hayan podido ganar, acumular o robar, siempre ansían más y no importa las formas ni medios para dar salida a su pasión por el dinero. Atropellarán valores como la ética, la amistad, el “coleguismo” y la decencia, lo que importa es conseguir más y más fortuna.
Envidiosos del trabajo y de los bienes que mucha gente honesta tiene buscan arrebatarles y para conseguir sus mezquinos propósitos no vacilan en cualquier medio. Y, por desgracia, estos comportamientos bajos han cundido hasta en profesiones tan nobles como la Medicina que antes era reducto de gente decente, de acrisolada ética y poseedora de invalorables méritos. Ahora ya no es así, lamentablemente. Gentes sin valores humanos comercializan su profesión hasta extremos incalificables pues lo que más vale es el dinero.
Por la codicia se pueden cometer todas las faltas posibles contra la moral; gente que se dice cristiana no respeta ni sus Diez Mandamientos: no honran a los padres, traicionan al hermano y al amigo; hasta se vende y alquila el cuerpo y sobre todo se codicia los bienes ajenos, se miente y se roba, se mata y se perjura. Por eso en nuestras sociedades hay gentes que pueden ser ricas en dinero, pero son pobres en valores. ¡Y ni siquiera se dan cuenta de esta carencia pues viven ebrios de vanidad! Ejemplo siniestro son los narcotraficantes a quienes no importa la vida ni honra de sus semejantes con tal de conseguir enormes fortunas. (O)