Termina el 2023 con un saldo negativo para la sociedad ecuatoriana. Nunca se vivió una inseguridad en todo sentido. A diciembre de este año estas son las cifras de horror: 7.258 asesinatos; se calcula que la extorsión creció en 400 %; los hermanos migrantes desaparecidos llegan a 150, tanto en la zona del Darién como en la frontera entre México y EEUU. Los datos indicados corresponden a cifras oficiales, pero existen manifestaciones de inseguridad que no están registradas, sea por temor o desconocimiento de como denunciar.
Nunca antes hemos tenido una crisis generalizada en la Justicia. Y este factor colabora para que la seguridad no sea efectiva. Acabamos el 2023 con el destape del caso Metástasis en donde están vinculados jueces corruptos que dispusieron a través de escandalosas sentencias, la liberación de toda una red de delincuencia organizada. Si el presidente del Consejo de la Judicatura está detenido por la presunción de ser el operador de esta trama ¿Qué se puede esperar de quienes están supuestamente bajo su control?
Organismos fallidos como el CPCCS y el CNE, han hecho detonar sus falacias enviando ternas para los organismos como las superintendencias con candidatos politizados o auspiciados por lo más funesto de la partidocracia. El CNE ha propiciado con su silencio cómplice a que se haga guiñapos del control electoral con lo cual algunas organizaciones políticas como la Revolución Ciudadana hicieron lo que les dio la gana, inclusive mostrando en la campaña el rostro del prófugo de la justicia, lo cual está expresamente prohibido en la Constitución.
En el 2024, deberá hacerse una reforma profunda al destartalado Código de la Democracia, para que se terminen los partidos de alquiler, y exista un manejo adecuado de las candidaturas con planes de gobierno creíbles, alejados de la improvisación tal como indica el gran sociólogo Gaitán Villavicencio, lo cual se presentó de cuerpo entero en el debate de presidencial, luego de la muerte cruzada.
En materia económica, el déficit fiscal ha sido elevado, y comparado con el de años anteriores, reflejó un saldo en rojo en la tesorería; le escuchamos al ministro Vega indicar que al 1 de diciembre tenía 90 millones de dólares, y las necesidades de este mes, solamente para pagar lo urgente llegaban a 2.000 millones. Una crisis severa que se irá acrecentando para el 2024, si no se toman medidas urgentes, y la población no colabora para remediar estos males.
Al menos se pudo nombrar al Contralor General del Estado, luego del tortuoso proceso llevado adelante por la mayoría correista del CPCCS, que buscaba a toda costa poner a uno de sus militantes.
Deseo a mis queridos lectores un venturoso año 2024. Seguiremos escribiendo mientras las fuerzas posibiliten hacerlo. ¡¡Un abrazo a todos!! (O)