Tal como se presenta el inverno en la provincia del Azuay se avizora días difíciles para la vía Cuenca – Girón – Pasaje.
La semana anterior ocurrió la primera alerta tras un deslizamiento de tierra en el sector El Pindo, cantón Pucará.
Las lluvias se tornan más copiosas y continuas y, por consiguiente, hay más derrumbes y de gran proporción.
Durante el pasado fin de semana ocurrió lo peor, incluso el desmoronamiento de piedras y más materiales en uno de los accesos al túnel adyacente a la represa de la central hidroeléctrica Minas-San Francisco.
Igual sucedió en los kilómetros 92, 94, 95 y 102, asimismo por la caída de rocas y lodo.
El domingo se cerró la vía al tráfico vehicular en esos sectores.
Sin bien son las consecuencias de un fenómeno natural, indetenible, insospechado, amerita, ahora sí con mayor razón, la presencia permanente de maquinaria y personal para proceder con la limpieza inmediata del material deslizado a fin de no interrumpir el paso vehicular, salvo en casos extraordinarios.
No basta con pedir a los conductores usar vías alternas para llegar a El Oro, es decir por la Cuenca-Molleuturo-Naranjal o la Zhud -Cochancay – El Triunfo, tampoco libres de eventualidades por el invierno.
El GAD del Azuay, por el convenio suscrito con el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP), tomó la posta para atender la emergencia en la Cuenca – Girón – Pasaje, con ayuda de maquinaria del MTOP de El Oro y Cañar.
A lo mejor no sea suficiente. Además, esa institución debe atender la vialidad rural de la provincia, tampoco en óptimas condiciones.
El MTOP tiene la misión impostergable de asumir sus responsabilidades en aquella carretera, sin mantenimiento y abandonada a su suerte.
Es reprochable la actitud de ciertas personas al haber agredido al personal del GAD del Azuay mientras cumplían con su trabajo: limpiar la vía.
Ninguna razón justifica ese proceder y deben responder ante la justicia.