Betty Lucía Guamancela Delgado marcó una historia enriquecedora en las páginas del tenis de mesa ecuatoriano. Desde niña, la cuencana se enamoró de esta disciplina y mantiene una relación incondicional.
Su máximo logro es la medalla de bronce en dobles, junto con María Patricia Cabrera, representando a Ecuador en los Juegos Panamericanos de Indianápolis, Estados Unidos, en 1987. Hoy, a sus 55 años, se mantiene vigente y representa a su provincia y país en distintos eventos como máster.
Ella es economista de profesión, situación que le ayuda a destacarse con los números y el deporte.
Esta gloria deportiva del Azuay adecuó en su hogar un rincón de gloria con fotografías, medallas y trofeos alcanzados en su época dorada. Es el espacio que le ayuda mantener viva su fructífera trayectoria deportiva. Allí se trasladó su memoria hacia los inicios en el antes llamado ‘ping-pong’.
Betty estudió en la escuela Mary Coryle y que se ubicaba cercana al colegio Técnico Salesiano. A los 10 años y gracias a sus habilidades recibió la invitación para que se una a la selección escolar de tenis de mesa.
El salesiano italiano Ángel Robusti, el cultor del tenis de mesa en Azuay, provocó su acercamiento a esta disciplina deportiva. Luego de su incursión en esta disciplina, los resultados llegaron de forma temprana en algunos torneos interescolares.
“Fue un amor a primera vista. Hasta ahora siento que fue una de las mejores decisiones de mi vida”, es la convicción de Betty Guamancela.
Tras un inicio exitoso, llegó la etapa de ponerle empeño a los estudios secundarios. Como figura arribó a la hoy Unidad Educativa Herlinda Toral. Con esos colores también brilló, con una serie de títulos en diferentes categorías.
En esos tiempo también sobresalió con la ‘casaquilla’ del Azuay. Aportó con varios podios en diversos torneos. Y todo eso se alcanzó por las enseñanzas que le impartieron entrenadores como César Zambrano, Daniel Valverde y Freddy Fajardo. Todos ellos marcaron huella en su formación, al igual que sus infaltables compañeras de equipo como Catalina Vintimilla, Marcía Ullauri (+), Tania Castillo y Fanny Cevallos.
Entre sonrisas recuerda que “era complicado ser seleccionada, había un amor especial por la provincia y el país. No recuerdo claramente, pero hubo triunfos en campeonatos nacionales y sudamericanos…”
Después de graduarse de bachillera, tuvo que tomar una decisión de vida: elegir si continuaba en el deporte o dirigir su atención a sumar un título de tercer nivel. Betty escogió seguir con los estudios en la carrera de Economía en la Universidad de Cuenca.
No obstante, su relación con el tenis de mesa no se rompió. En 1987 se le presentó la oportunidad de representar a Ecuador en los Juegos Panamericanos de Indianápolis, Estados Unidos. Allí, Guamancela yla guayaquileña María Patricia Cabrera hicieron equipo para adjudicarse la medalla de bronce en la modalidad dobles. “No éramos conscientes de lo que sucedió. Fueron momentos muy gratos”.
Luego de esa presea, se asignó un presupuesto para que un grupo de deportistas se entrenen con miras a los Juegos Olímpicos de Seúl (1988). “Estuve en China tres meses, regresé al país y no se qué pasó, al final no fuimos a los Juegos. Fue un golpe fuerte. En ese entonces tenía 18 años”.
La entonces microtenista, cuando cursaba el tercer año de Economía (22 años), tomó la decisión de retirarse de las competencias y dedicar todo su tiempo a la universidad. “Sentía que hasta aquí no más, tuve que elegir. Ya no hubo apoyo”.
Regreso triunfal
La cuencana se distanció cerca de 15 años de las competencias. Esa pausa le valió para graduarse como economista y ejerció la profesión en diferentes ámbitos. Hoy lidera su propia empresa de limpieza.
Con su título de tercer nivel, Betty Guamancela tuvo un regreso triunfal a las competencias. En el 2013, se motivó a representar a Ecuador en elCampeonato Latinoamericano Máster de Tenis de Mesa, que se disputó en el Centro de Alto Rendimiento de Buenos Aires, Argentina.
En esa justa obtuvo el primer sitial, en la categoría 45-49 años. En ese entonces, comenzó el camino al título derrotando a las peruanas Ángela Torres, María Velázquez e Isabelle Fonteneau. En la semifinal venció 3-2 a la venezolana Ana Santana.
Por la medalla de oro, enfrentó a la colombiana Diana Casa. En el partido decisivo, Guamancela se adelantó en los dos primeros sets, pero su rival la igualó. Todo se definió en el quinto y la azuaya salió victoriosa con un marcador de 11-7.
“Nos reencontramos con todas las rivales de distintos países. Fue un campeonato fuerte y hubo partidos disputados. Estuve feliz por esa medalla, hubo un largo tiempo de pausa”.
En la actualidad, Betty comparte su tiempo entre el deporte y el trabajo. No se ha roto esa larga relación con el tenis de mesa, por ello se entrena para participar en más eventos de la máster. Espera que en mayo próximo pueda viajar hasta Lima, en donde se organizará un Campeonato Panamericano.
“Hay que sentirse orgullosa de representar a la ciudad, provincia y país. Se me hace difícil separarme del tenis. Esto me llena y me motiva”, confesó la microtenista.