Los efectos del cambio climático son evidentes en las grandes ciudades del país como Quito, Guayaquil, Cuenca, Manta… El aumento de la temperatura ambiental y los drásticos cambios de sol a intensas lluvias son evidentes en las últimas semanas. En varias ciudades de la Sierra se ha sentido el incremento de la temperatura.
El Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inhami) explicó técnicamente lo que está ocurriendo. Según los expertos hay ausencia de humedad en la atmósfera, masas de aire seco que llegan desde el Pacífico, cielos despejados y poca cantidad de nubes, especialmente en el callejón Interandino y la Amazonía.
En Pichincha, por ejemplo, hubo registros de 26,8 grados. Una temperatura que por lo general se registra por la noche en la zona costera. En un informe entregado hace dos años por Bolívar Erazo, director ejecutivo del Inamhi: ya se advirtió: ‘la presencia del cambio climático es real, la vivimos y en el futuro va a exacerbarse’, se puede leer en una parte del mismo.
Según el especialista un estudio realizado por un grupo de catedráticos y otros funcionarios, en un futuro, es decir entre 2070 y 2100, se espera que la temperatura ambiental se eleve hasta en unos 4,4 grados centígrados en las distintas ciudades del país.
¿Qué pueden hacer las grandes ciudades para mitigar este impacto? Según los especialistas, un estudio llevado a cabo por científicos del Instituto de Ciencias Atmosféricas y del Clima, ETH Zurich (Suiza), detallaron que la presencia de determinadas especies de árboles puede ayudar reducir la temperatura del suelo urbano hasta en 6 grados y llegar hasta los 12 grados centígrados.
Roberto Espinoza, técnico ambiental, dice que una de las ciudades donde ha quedado en evidencia el buen uso de los espacios verdes con árboles es Medellín, en Colombia. En esta ciudad se promueven planes verdes en todos los espacios. Desde las terrazas de los grandes edificios hasta en los parques y montañas que rodean a la ciudad.
Dice que Ecuador debe empezar con un plan similar. “En los últimos años hay espacios que se sienten más frescos en Medellín por los árboles. Es necesario que los Municipios comiencen a articular con la Academia estas iniciativas porque es evidente el incremento del clima en estos últimos meses”, apunta.
Una de las universidades que promueve una iniciativa de sembrar árboles en el país es la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE). Desde el año pasado impulsa el proyecto denominado: Un millón de árboles para Ecuador. El principal objetivo es promover la reforestación y el cuidado del medio ambiente responsable.
A través de las siete sedes y en apoyo comunitario y de la empresa privada se han sembrado más de 400.000 árboles en 86 zonas del país.
Hasta el momento se ha sembrado en el Área de Conservación Hídrica de Mojanda, en Otavalo, en el recinto El Tigre, en Esmeraldas, en la comunidad de Lomas de Guaraquí, en Pedro Moncayo. Asimismo, en cerro Junín en Chone,Portoviejo, jardín botánico Padre Julio Marrero, en Santo Domingo, Lago Agrio en Sucumbíos, y en la zona de la Mariscal en Quito, entre otros.
Está previsto que hasta septiembre de este año se logre sembrar 600.000 árboles más en distintas partes del país como medida urgente a los drásticos cambios climáticos que atraviesa el país.
Municipios y Gobierno con plan de sembrar árboles
El Municipio de Quito ha comenzado a articular con las organizaciones barriales la siembra de árboles especialmente en las laderas. En Guayaquil también se han dado los primeros pasos con el objetivo de regenerar espacios verdes que permitan impulsar un cuidado del ambiente.
La iniciativa de la universidad PUCE ha comenzado a ser articulada con los Gobiernos Autónomos Descentralizados. El objetivo es alcanzar en este año las 11.670 hectáreas reforestadas y 6.842 toneladas de CO2 captado y transformado en oxígeno. Según los estudios del Ministerio del Ambiente, está previsto reforestar más 1.000 hectáreas de terreno con árboles nativos y endémicos en diferentes provincias. “La reforestación y siembra de árboles son medidas efectivas para contrarrestar los efectos del cambio climático y frenar la deforestación en el territorio nacional”, se planteó en el informe del proyecto.
Asimismo, se resalta la importancia del mismo. “No solo beneficia al medio ambiente, sino también a la sociedad en general, ya que el aumento de la cobertura boscosa ayuda a mejorar la calidad del aire y del suelo, protege los recursos hídricos y aumenta la biodiversidad”, concluye el documento.