A simple vista pareciera un arreglo con lógica y ventaja para Ecuador: Se va a intercambiar “chatarra” rusa por equipamiento nuevo de parte de Estados Unidos. Sin embargo, este hecho, junto con el comentario expuesto por el presidente Daniel Noboa, y las declaraciones de representantes de Estados Unidos, han generado tensiones comerciales y geopolíticas entre Rusia y Ecuador.
Las decisiones que involucran a terceros deben ser explícitamente expuestas, con el cuidado en la forma y en el fondo. En este impase con Rusia, que ya involucra pérdidas por las restricciones a la exportación de banano y, al parecer, próximamente claveles, tiene como génesis la decisión ecuatoriana de calificar de manera peyorativa el material bélico ruso y la reacción estadounidense de felicitar y reconocer el apoyo ecuatoriano a Ucrania quien será el receptor de la “chatarra” rusa. El armamento que el Ecuador estaría dando de baja por ser inservible, resulta que sí sirve y que será utilizado en la guerra contra Rusia.
Si bien la decisión ecuatoriana es soberana y, hasta cierto punto, lógica, por la renovación del material está claro que la expresión “chatarra” no califica para describir adecuadamente el equipo que fue recibido desde Rusia y que ahora llegará a manos de Ucrania. Este impasse con un socio comercial como Rusia debe ser tomado en consideración no solo desde lo legal o ilegal sino también desde la prudencia. La geopolítica requiere decisiones tomadas con habilidad y astucia, de manera que en lugar de bloquear caminos se tiendan más puentes que beneficien a todos. (O)