La especulación es otro mal endémico del Ecuador. Cualquier pretexto vale para subir los precios, en especial de los alimentos, ni se diga los procesados, si bien su ingesta es poco recomendable por motivos de salud.
Cuando comenzó a hablarse de la llegada del fenómeno de El Niño, los especuladores ya subieron los precios.
Desde este 1 de abril de 2024 subirá del 12 % al 15 % el IVA. Es la decisión del Gobierno tras la aprobación “a escondidas” tomada en la Asamblea Nacional, si bien en un punto de manera definitiva, y en uno más o dos más si así lo decide, como en este caso, el presidente Daniel Noboa, para financiar la guerra interna contras las bandas criminales.
Esa aprobación esperó los especuladores para, desde ya, subir los precios, incluyendo aquellos de la canasta básica libres de pagar el IVA, como el del quintal de arroz, por ejemplo.
En los espacios de las radioemisoras de Cuenca, abiertos para la expresión de la gente, abundan quejas y denuncias sobre la especulación desatada en los mercados, donde reinan la reventa, el acaparamiento y el abuso, hasta cuando ofertan una rama de manzanilla.
El alza del IVA incidirá en el precio de las gasolinas Extra y Ecopaís (18 centavos más; 64 centavos si es la Súper) y el diésel (15 centavos más).
Con certeza, desde este viernes el encarecimiento de los productos será mayor. Pretextarán el alza del transporte, con toda su cadena de intermediarios, hasta llegar al consumidor.
El INEC establece los alimentos sujetos o no al alza del referido impuesto regresivo. Entre los primeros figuran 21 (los más son prescindibles), 94 entre los segundos, y son imprescindibles.
¿Vale eso para los especuladores, cuyas ganancias también radican en pesos y medidas, casi siempre al tanteo?
Hace falta mayor información sobre los productos y servicios afectados o no por el alza del IVA. ¿Y los consumidores? ¿Quiénes deben velar por ellos?