Jueces venales

Desde hace mucho tiempo atrás, por éstas mismas columnas, hemos venido comentando y denunciando, sobre la venalidad de Jueces Civiles y Penales en el país, así como otros operadores de la justicia entre los que se incluyen algunos fiscales, exceptuando honrosas excepciones. Jamás se nos dio crédito a nuestras afirmaciones, ni se hizo absolutamente nada para frenar o cortar de raíz los tentáculos de este mal que a la final avanzó a pasos gigantescos contaminando todas o casi todas las regiones del país. Pero el tiempo nos ha dado la razón y hoy en día nos asombramos de los diferentes casos que la fiscalía ha descubierto, siendo los más escandalosos en Guayaquil y Quito, con los emblemáticos casos «Metástasis y Purga», éste ultimo muestra de cuerpo entero, como la corrupción ha llegado a los más altos niveles del estado y hasta la misma cúpula de la Justicia. La Corte Provincial de Justicia del Guayas es el centro de la mayor polémica, pues que salió a la luz pública un escandaloso caso de corrupción que se sustenta en los diálogos entre Daniel Salcedo, implicado en un ilícito relacionado con la venta de suministros médicos durante la pandemia, y Mayra Salazar, quien ocupaba el puesto de relacionista pública en la corte en ese entonces. Salcedo –explicó a la Fiscalía–que ella intentaba influir en la designación de jueces para sus casos penales y los de su hermano, así como en la suspensión de audiencias y la obtención de resoluciones favorables, todo ello por pagos económicos. Hemos venido soportando estoicamente la corrupción en Ecuador, y los medios de comunicación han venido denunciando ayer como hoy que hay Jueces venales y que la justicia se ha prostituido  al más alto  nivel jerárquico, en donde  ciertos abogados en libre ejercicio  convertidos en «ídolos con pies de barro» se encargan  de corromper a jueces y fiscales, peritos y operadores de la justicia , para obtener favores y ganar los casos  que los corruptos  les encomiendan , es decir actuando en la defensa con una falta de ética total y forjándose una «fama»  ficticia  que no resiste el más sutíl análisis a la  luz del derecho  y  la justicia. Todo esto es una vergüenza ajena, que además de echar por la borda la majestad de la justicia, se enrolan en una escandalosa corrupción que venía operándose en juzgados y fiscalías desde hace mucho tiempo y que hoy con absoluto descaro y a la luz pública se hace   la venta de sentencias, ilícito demasiado evidente que debe castigarse con el máximo rigor de ley. Que éste oprobioso episodio en nuestra vida republicana no vuelva a repetirse, para evitar que nuestra amada Patria, se convierta en un estado fallido. (O)

CMV

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.

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