Si uno cree que las redes sociales fueron los únicos canales que se empezaron a usar para mostrar lo que los usuarios estaban haciendo con sus vidas, está equivocado. En antaño, los periódicos ya fueron usados para mostrar la vida social de las personas en un determinado espacio.
El Mercurio no fue ajeno a ello. Desde que se fundó en 1924, y a lo largo del siglo XX, hubo algunas secciones que se dedicaron a narrar en pequeños o grandes párrafos, la vida del otro, la vida de las familias.
Por ejemplo, a raíz de la fundación de este medio de comunicación se crearon dos espacios denominados “Mirando a la calle” y “Vida Social”. En cada uno de ellos se describían algunas de las acciones o situaciones de los cuencanos.
Por supuesto, tampoco faltaron las curiosidades o hechos vistos que luego serían contados a El Mercurio.
Un caso: en 1925, estudiantes de la escuela Luis Cordero vieron cómo en el patio de la Intendencia General de Policía un subteniente flagelaba a un hombre. El suceso fue contado y publicado en el periódico.
Otro caso: en el mismo año, un partido de fútbol entre amigos era noticia en Cuenca. Así se reflejan en los textos de El Mercurio.
“En el match realizado el miércoles entre los equipos CASADOS y SOLTEROS resultó empate a uno. La concurrencia fue numerosa. Arbitró el Sr. Antonio Harris Crespo”, se escribió.
Avisos de salidas, llegadas y enfermos
En la década de los veinte y treinta fue común publicar en El Mercurio quién estaba enfermo, quién se estaba recuperando, quién salía de Cuenca, quién llegaba.
“Enferma se halla la Sra. Hortensia M. de Burbano. A Nueva York parte hoy el señor Daniel Barrera. Procedente de Paría se encuentra entre nosotros el Sr. Ignacio Ordóñez Andrade. A recibirle estuvieron numerosos amigos”, así se informaba de la vida de los cuencanos.
Conforme pasaron los años, el espacio para la vida social fue creciendo. Por ejemplo hubo una sección en El Mercurio que se llamó “Carnet Social”. Con esta se dividió por temáticas la vida de los cuencanos.
Enlace (matrimonios), Nuevos Niños (nacimientos), De salud (el estado físico de las personas), Funerarias (fallecimientos), Los que vienen (los llegados de la ciudad), Los que se van (los que salían de Cuenca).
“Don José Lucero Arízaga se encuentra algo delicado en su salud. Ligera mejoraría ha experimentado el Dr. Alfonso Cuesta Ordóñez. Hállase en esta ciudad el señor Héctor L. Paladines V. Agente Viajero”.
La vida del otro, su estado de salud, no podía faltar en las páginas de El Mercurio.
Evolución de la vida social
Las mismas páginas de El Mercurio no solo reflejaban lo que estaban haciendo los cuencanos. También sirvieron para reflejar la realización de eventos replicados de los países norteamericanos y europeos.
Por ejemplo, en la década del setenta ya se hacían los “Baby Shower” entre algunas familias de Cuenca, tal y como da cuenta El Mercurio en 1976.
“En la residencia de la señora Ruth Galarza de Di Stéfano, las Damas de la Colonia Italiana, ofrecieron un Baby Shower en honor de la señora Martha Montesinos de Miotto con ocasión de la llegada de su primogénito”.
El té mensual, por esas mismas fechas, no faltó entre los grupos de mujeres que se formaron en la Cuenca de la segunda parte del siglo XX.
Asimismo, a la sección social se sumaron los pasajeros aéreos. Cuando había vuelos hacia Quito, Guayaquil, o cuando había vuelos hacia Cuenca, en El Mercurio se daba el nombre y apellido de los viajeros.
Diferencia en textos
La diferenciación de los estratos sociales se reflejó en los textos que se publicaban en el periódico. Por ejemplo, aquellos personajes reconocidos de Cuenca solían tener más espacio.
Mientras que las personas que no tenían ningún renombre recibían atención cuando hacían algo incorrecto. Ejemplos: por haber puestos obstáculos en la acequia o por haber roto un macetero del Parque Calderón.
De esa manera se fue escribiendo en El Mercurio, hasta que ya en la segunda parte del siglo XX disminuyeron considerablemente los textos para dar paso a las fotografías de las actividades sociales. Este último medio sería reemplazado por las redes sociales que hoy muestran las diferentes vidas que viven las personas. (I)
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