Ya mucha nota con estos políticos. Siempre con el mismo cuento. Alguna cosita falla en la logística de los hidrocarburos y nos quedamos sin gasolina. ¡Así no más! Acá tenemos que darnos las formas para tanquear la nave. Andamos como judíos errantes por cada bomba de gasolina. Los despachadores únicamente le dicen que no es bronca de ellos, que vengan mañana con ánimo y mucha fe. Rayos, no es cuestión de fe. ¡Nos tratan como shunshos!
Somos la última ruedita del coche. O si no, les recuerdo como algunos hinchas del loco del ático, que ahora se hacen los desentendidos, salían a los medios hechos los garísimas a decir que la cárcel de Turi es un modelo de rehabilitación social envidiable. ¡Nos chendearon de largo! Nos mandaron a las peores lacras y ahora operan desde Cuenca. Si les preguntan a esos mismos “honorables” sobre este temita, se quedan lelos. ¡Mudos!
Es que llegan al poder y creen que pueden hacer de la ciudad su hacienda. Cómo va a ser posible que unos pillines abusen de estar en cargos públicos, para solicitar coimas y entregar contratos de grúas. Y que, de paso, una joyita de juez dejó libre al único detenido porque no vio necesario meterlo en el tarro, de pronto vayan a lastimar al guambra.
¿Quién miércoles responde por la decisión de soltar a un pluto en medio de un operativo de tránsito? O sea, ¿las leyes están solo para los de poncho o se necesita de padrinos para hacer lo que les dé la regalada gana? Cómo que se dan casos de supuestos acosos sexuales en el Municipio de Cuenca y los implicados se la rajan del país, en las narices de las autoridades y acá no ha pasado nada.
Ya para rematar, nos enteramos de que un nene aparentemente ha estado vacunando para dar cargos públicos, en el gobierno. Más o menos qué será que tienen en la cabeza. ¿La usan sólo para ponerse gorra? Ya paren de lucrar con los dineros públicos. Por último, si tanto les gusta la guita, vayan y háganse socio del Fito o del algún tiguerón. Ellos mueven harta plata. Así lo ha demostrado la Mayrita. ¿Qué clase política cuencana tenemos? ¿En mano de quién demonios estamos? (O)