Guayaquil registró la temperatura más alta de los últimos 32 años, en Quito empieza a escasear agua. Varias ciudades de Ecuador enfrentan olas de calor.
Desde inicios del 2024, varias ciudades del Ecuador enfrentan olas de calor nunca vistas, según el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (INAMHI), el pasado 16 de marzo en la zona del aeropuerto de Guayaquil se registró la temperatura más alta de esta ciudad en los últimos 32 años, llegó a 35,8°C.
Junto con Guayaquil, se han registrado altas temperaturas en Quito y en las provincias de El Oro, Esmeraldas, Manabí y Santo Domingo de los Tsáchilas, en los lugares de la costa se han sobrepasado los 36 °C.
Como consecuencia, en Quito, por ejemplo, la ola de calor ha producido un aumento en el consumo del agua, por lo que las autoridades se han visto obligadas a realizar cortes en el servicio, que han llegado a durar varios días.
¿Por qué las ciudades ecuatorianas se calientan así?
Según el INAMHI, se debe a múltiples factores, como el ingreso de masas de aire secas y cálidas, disminución de la humedad en el ambiente, lo que impide la formación de nubes, y mayor presencia de radiación solar.
Aunque los expertos señalan al cambio climático como el causante principal de lo que está pasando, no solo en Ecuador, sino en el mundo, también puntualizan que, ciertas acciones específicas que se han tomado en las ciudades ecuatorianas han llevado a que las olas de calor se produzcan con mayor intensidad.
“Quito y Guayaquil le han dado la espalda a la naturaleza, han degradado sus bosques, sus áreas naturales en los alrededores, sus sistemas de soporte están en peligro de colapsar, son ciudades de concreto, con poca vegetación, por eso el efecto de la radiación es mayor”, afirmó Inty Arcos, experto en Ecología y Desarrollo Sostenible.
¿Cuál es la solución?
Para la ambientalista Verónica Arias, la solución es obvia, las ciudades necesitan sembrar más árboles, crear espacios verdes e implementar campañas de reciclaje, pues el plástico es el gran emisor de CO2, que provoca el efecto invernadero.
Sin embargo, la experta considera que las medidas a adoptarse deben ir más allá de los gobiernos locales, se requiere disminuir el consumo de combustibles fósiles y esa es una decisión que le compete al Gobierno central.
Para Belén Páez, presidenta de la Fundación Pachamama, el cambio climático se puede revertir con una serie de acciones que vienen desde la transformación de hábitos en las familias y pequeñas prácticas en barrios, hasta las políticas públicas.
«La inversión privada y reducción de emisiones de las empresas para llegar a carbono netrualidad es un esfuerzo importante; sin embargo, reducir la deforestación a cero y evitar la degradación de los bosques es vital para evitar que los ciclos de humedad y agua se perturben», dijo la experta.
No hay solución inmediata
Pese a que las ciudades y las personas adopten medidas que les permitan mitigar el cambio climático, lo que se está viviendo actualmente es irreversible, así lo señaló Inty Arcos, quien puntualizó que, las acciones que hoy se tomen servirán para que los humanos lleguen, a finales de este siglo, con opción de subsistir.
Ante la imposibilidad de cambiar la realidad, para Verónica Arias es imprescindible que los ciudadanos se adapten y, sobre todo, que las ciudades se preparen para la realidad que están próximas a vivir.
“Se deben generar planes de adaptación, los gobiernos locales deberían estar invirtiendo, con mapas de vulnerabilidad, para reubicar a las personas que viven en zonas inundables; también deben estar conscientes de que las ciudades se van a superinundar y seguramente la infraestructura de saneamiento va a quedar caduca; se debe planificar de acuerdo con planes de riesgo”, señaló la experta.
Es un fenómeno global
El aumento de la temperatura de 1,5 °C. en el planeta, que en el Acuerdo de París se estableció como el nivel que el mundo no podía pasar sin tener consecuencias en la variación climática, ya fue sobrepasado entre el 8 y 12 de febrero de este año.
Para Natalia Greene, vicepresidenta de la Coordinadora Ecuatoriana de Organizaciones para la Defensa de la Naturaleza y el Medio Ambiente (CEDENMA), el aumento de la temperatura traerá, como ya se lo está evidenciando, algunos fenómenos extremos.
“Serán cada vez más comunes las olas de calor, los fríos extremos, las lluvias prolongadas, los veranos extensos y cada vez más radiación UV, todo esto provocará migraciones climáticas, para lo que debemos estar preparados”, afirmó Greene.