Decíamos que el Camino del Inca, desde su eje central entre capitales y su red de ramales transversales de integración, pasa por sitios y pueblos de singular entorno paisajístico y componentes culturales característicos del lugar, los que, debidamente recuperados y puestos en valor, podrían convertirse en atractivos destinos para paseos en familia o entre amigos, actividades recreativas, de conocimiento e investigación.
El Qhapq Ñan, en la geografía regional y local más específicamente, pasa por exclusivos espacios paisajísticos y culturales como la meseta de Pachamama, colina ubicada entre las provincias Cañar y Azuay y entre los cantones Azogues, Déleg y Cuenca, espectacular mirador del valle Cuenca Azogues y ancestral Santuario Andino de Altura, con abundantes componentes arqueológicos cañaris e incas dispersos en su extensa superficie, lamentablemente, en estado de abandono y destrucción pese a estudios y recomendaciones especializadas. Desde cualquier punto de su gran cima aplanada, otrora pista de aterrizaje de los primeros aeroplanos que sirvieron a Cuenca, se tiene una espectacular panorámica del Valle Cuenca Azogues, de ciudades y pueblos creciendo por las faldas de las colinas circundantes, en las que destacan una red de miradores como el Huahaulzhumi, el Curitaqui, el Plateado, el Abuga el Cojitambo, la Colina de Jacarin con la mítica laguna homónima en el Valle de Déleg con Borma, Solano y más pintorescos pobladas aledaños al trazado del Qhapaq Ñan en el tramo Pumapungo – Cojitambo.
Por su cercanía a la ciudad, por sus posibilidades paisajísticas y culturales, por su extensión y biodiversidad, la meseta de Pachamama ofrece muchas posibilidades recreativas, educativas, de estudio e investigación, para lo cual es indispensable recuperar y poner en uso el centro administrativo construido en la entrada hoy abadonado, una limpieza arqueológica, delimitación de senderos, señalización y seguridad desde luego. (O)