La tasa de morosidad incrementó en las entidades financieras durante los primeros meses del año.
En el sector bancario, el índice alcanzó 3,53 %; mientras que en las cooperativas de ahorro y crédito este llegó a 7,9 %, según los últimos reportes correspondientes a febrero de 2024.
Según la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria (SEPS), la morosidad fue de 6,2 % en febrero de 2023 en las cooperativas; y en los bancos, la tasa se ubicó en 3,28 % en ese mismo mes, de acuerdo con la Asociación de Bancos Privados del Ecuador.
Fernanda Pauta contó que perdió su empleo en diciembre pasado. Entre enero y marzo procedió a realizar avances con su tarjeta de crédito, aunque esto le dio liquidez, adquirió una deuda que se le ha complicado pagar al no tener un trabajo estable.
“Quedar en el desempleo afectó mi presupuesto. Tenía pocos ahorros y al principio usar la tarjeta me ayudaba para cubrir mis gastos (…) He intentado encontrar un trabajo fijo, pero ya tengo una deuda que me resulta difícil pagar a tiempo”, cuenta Fernanda.
Factores
Ximena García, experta en asuntos tributarios, explicó que hay varios factores que pueden contribuir a un aumento en la morosidad de créditos. Entre ellos citó, la coyuntura económica, el desempleo, el endeudamiento excesivo o los cambios en las políticas crediticias.
“Si la economía experimenta una desaceleración o recesión, es probable que las personas enfrenten dificultades para cumplir con sus obligaciones financieras. Asimismo, cuando hay altos niveles de desempleo o si los prestatarios tienen un excesivo endeudamiento o han tomado préstamos sin considerar adecuadamente su capacidad de pago”, aseguró García.
De acuerdo con García, la disminución en la liquidez se registra desde 2023. Además, se han presentado otros desafíos, como la inseguridad, que afecta en la actividad económica.
“También se debe considerar el aumento del IVA al 15 % que empezó a aplicarse desde abril, esto podría impactar negativamente a los deudores, porque tendrían que destinar más recursos para cubrir sus necesidades básicas”, indicó.
Dos alternativas para pagar créditos
Las entidades financieras ofrecen dos alternativas ante la dificultad del pago de deudas: la reestructuración y el refinanciamiento.
Refinanciamiento
El refinanciamiento es para clientes que enfrentan dificultades de pago o tienen un riesgo potencial de incumplimiento, a pesar de tener ingresos.
Esta medida implica ajustar algunas condiciones del crédito, como la reducción de la cuota mensual y la extensión del plazo de pago.
Reestructuración
La reestructuración es para las deudas “vencidas”. Se activa cuando el deudor tiene una capacidad de pago muy afectada y quiere una nueva negociación crediticia.
Se cierra el crédito original y se establece uno nuevo, que incluye el capital de la deuda anterior, intereses y multa por mora. (I)
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